13/12/2017
No alcanzo a contarlo todo

En el cuarto campamento de Still Waters del 2017, esta hermana tomó una decisión de fe que la sanó de una afección que había sufrido toda la vida.

¡Dios los bendiga ricamente!

No alcanzo a contar todo lo que el Señor ha hecho por mí. Primero, ¡me gustaría agradecerles por el maravilloso tiempo que pasé en Still Waters! ¡Toda la hospitalidad, amor y dedicación que mostraron los instructores, los ayudantes, los cocineros, los chaperones y todos los demás significó demasiado! ¡Agradezco a Dios por Still Waters y por todos ustedes! De seguro fue un gran sacrificio, pero deben saber que no fue en vano. Mi vida (y estoy segura de que muchas más) cambió para siempre. No hay palabras ni acciones que expresen la gratitud sincera que siento. Lo único que puedo decir es gracias y que Dios los bendiga ricamente. Oro para que Él les conceda todos los deseos de su corazón.

Me gustaría compartir una de las muchas bendiciones que Dios me concedió en Still Waters. Desde que tengo memoria, sufro de alergias (sin importar la estación). Todo el tiempo permanecía con irritación y comezón en la garganta, la nariz y los ojos, pero sencillamente decidí ignorar los síntomas y lidiar con lo que llamaba “mi enfermedad”. Nunca busqué ayuda médica ni pensé en orar al respecto, pues me había acostumbrado.

El viernes, en Still Waters, escuchamos La Señal y al final de la cinta el Hermano Branham hizo un llamado al altar. Al mismo tiempo, dijo que si alguien tenía alguna petición o necesitaba el poder sanador de Dios en su vida levantara las manos. En ese momento, pensé: “La verdad no necesito sanidad para nada”. Entonces me acordé de las alergias, pero luego me dije que era insignificante y que no valía la pena orar por eso. La Voz apacible y delicada me insistía en que se lo presentara a Dios en oración, ¡así que lo hice!

Tenía otra petición en mi corazón y también se la presenté a Dios. Hermanos y hermanas, cuando digo que NO he sentido picazón desde ese servicio del viernes (11 de agosto), ¡es muy en serio! El aire frío, el polvo y ciertas frutas me irritaban la garganta, pero desde el viernes he estado expuesta a todo eso sin síntomas de irritación. Mi familia puede confirmar lo de las alergias, pues antes los exasperaba con los ruidos extraños que hacía cuando intentaba aliviar la picazón en la garganta, que hasta a veces me desvelaba.

¡Hoy me declaro justificada y sana en el Nombre de Jesús!

Mi otra petición sigue en manos de Dios. Él me sanó de esta alergia que había sufrido toda la vida; sé que Él se encargará de lo demás. Es solo cuestión de tiempo.

¡Gracias, gracias y gracias! ¡Dios los bendiga ricamente! Los amo y me mantendré orando por ustedes.

Su hermana en Cristo,

Roberta