El sábado, 18 de noviembre, nuestra Cena de Agradecimiento anual, organizada en Still Waters, nos brindó la oportunidad de extenderles la alfombra roja a nuestros muy amados ancianos. Ellos han combatido en la batalla durante muchos años, conservando su fe y su posición por este Mensaje, que tanto valoramos todos. Nos emocionó mucho expresarles el aprecio que tanto se merecen.

Muchos de estos santos fueron directamente convertidos y testigos del Mensaje que el Hermano Branham nos impartió. Vieron y oyeron por sí mismos la Palabra revelada de nuestro día y transmitieron el Mensaje a sus hijos, quienes lo transmitieron a los suyos, y así sucesivamente. Ahora, hay una nueva generación de jóvenes del Mensaje, quienes han recibido el privilegio de oír y aceptar esta Palabra vivificante, y este día especial era su oportunidad de expresarles a ellos las gracias. Sin estos santos de Dios, muchos no estaríamos aquí hoy. Por tanto, agradecemos a Dios por sus vidas y sus testimonios fieles.

Anunciamos esta Cena de Agradecimiento con semanas de anticipación, “convocando a todas las hermanas locales”, y entonces comenzaron las incontables horas de preparativos: planear, ir de compras, cocinar, asear… ¡y más labores de cocina y aseo! A medida que se aproximaba el día, los hermanos recogieron toda la hojarasca de los alrededores del centro de bienvenida y rellenaron todas las capas de mantillo. Acomodamos los adornos, preparamos la comida a la perfección y ya podíamos atender a nuestros invitados.

En el centro de bienvenida de Still Waters se formó una atmósfera maravillosa cuando los ancianos entraron. Se produjo un grato momento de compañerismo, mientras se daban gusto con la deliciosa comida casera de Acción de Gracias. También disfrutaron escuchar a los músicos jóvenes que ambientaron la velada tocando melodías instrumentales.

Como el evento se llevó a cabo en Still Waters, no podían faltar los cantos del Hermano William al estilo de la fogata y unas cuantas chanzas del Hermano Joseph. El ánimo era el ideal ¡y para coronar servimos una tarta exquisita de Acción de Gracias!

Era evidente que nuestros invitados especiales lo estaban pasando de MARAVILLA ¡y seguramente hubiéramos podido prolongar la ocasión a un campamento de Still Waters de una semana!

Después de reconocer todo el esfuerzo y dedicación de las muchas hermanas jóvenes que posibilitaron el evento, el Hermano Joseph clausuró la velada con unas palabras alentadoras. Los ancianos, alegres, saciados y bendecidos, se marcharon a casa con su regalo especial.

Agradecemos al Señor por Sus preciosos santos y oramos para que nuestros testimonios desplieguen el mismo Mensaje Evangélico que ellos nos han testificado.

A continuación reunimos estadísticas de los preparativos y el evento de la Cena de Agradecimiento:

COMIDA, COMIDA Y MÁS COMIDA: