Tuvimos en cuenta esta recomendación profética impartida por boca de nuestro profeta, William Marrion Branham:
“Cómo puede quedarse quieto si Ud. es un hombre de Dios, o una mujer de Dios, y saber y ver pecado y cosas, amontonados y pesados, y todo así; y ver almas humanas yéndose al infierno, millones al día, y quedarse quietos? Ud. no lo puede hacer. Alguien me dijo el otro día: ‘¿Cree Ud. que lo puede parar?’ Yo dije: ‘No. Yo no lo puedo parar, porque Dios dijo. Pero un día, en el Juicio, ellos van a sacar la gran pantalla, encenderán la cámara allá, y esa grabadora va a ser tocada. Y yo me voy a parar y la voy a escuchar, y yo quiero oír mi voz advirtiendo contra ello. Dios me va a juzgar cuando mi voz salga contra ello’. Sí, señor. Cuando veamos esta vida, esta generación, siendo representada de nuevo allá en el Juicio... Seguro. Estamos viviendo en un tiempo terrible. Y allí está”.
La invasión de los Estados Unidos (54-0509)
Cuando vimos el ritmo al que se extiende el pecado diariamente, conduciendo a millones de almas al infierno, esto nos apremió a romper el silencio y esforzarnos al máximo por proveerles la medicina adecuada a nuestros conciudadanos.
La única solución apropiada es que la voz resuene a los oídos de las personas de esta generación, para que estén protegidos del juicio que viene, en el que esta misma voz los condenará si no lo están.
Para lograr esta tarea, iniciamos en la ciudad de Goma con unos cuantos misioneros devotos. Recorrimos todas las calles y las esquinas de la ciudad, poniendo a sonar la voz en busca de la simiente predestinada, que reconocería la voz y vendría a casa.
Hoy recogimos una gran cosecha de hombres y mujeres, cautivados por la voz del profeta de Apocalipsis 10:7, la voz del Séptimo Ángel.
En Goma, esta voz se ha familiarizado entre la población. Cada quien tiene su propio criterio sobre la voz, pero, para los elegidos, su provecho es liberación y salvación eterna. Es un refugio del juicio por venir.
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Cuando oyen la voz, los elegidos de Dios se reúnen con nosotros y nos piden bautismo en el Nombre del Señor Jesucristo.
Esto evidencia que la voz del profeta en las cintas sigue viva hoy, produciendo el mismo efecto.
Que Dios los bendiga ricamente,
El Hermano Kubuya
Oficina de VGR de Goma