Antes de morir, él llamó a su hermano, Luke. Y el Instituto Bíblico de Moody, de allá de Chicago, había enviado a un—un pequeño cuarteto para que cantaran a su servicio. Y Paul siempre tenía un sentido del humor. Supongo que conocieron a Paul, como…
Y Luke era peor. Luke era todo un payaso; uno nunca sabía cuándo era sincero. Solía entrar al restaurante, y ofrecían… cuando vendían este… ¿Cómo es, Gene, que se llama esta cosa que vendían, como larga? Uds. saben, que viene todo enrollado; ahora lo venden en cubitos. Es como un—un… No, es un—es un cereal para el desayuno: cereal de trigo triturado. Lo solían ofrecer como unas cositas pequeñas y alargadas así y él las llamaba colchones de muñeca. Le dijo a la señorita: “Tráigame colchones de muñeca”. Era de tremendo apetito. Y le dijo a la señorita una mañana…
Le dijo: “¿Qué desea?”, una muchacha sureña.
Él dijo: “Bien, me gustaría media docena de huevos y una libra de jamón y unos diez panecillos”.
Zapateó con su piececito y dijo: “Cuando se decida, pídame lo que quiere…”
Él dijo: “Eso es lo que quiero”, y él era un gran comilón.
“Eso” dijo el Hermano Bosworth, “es lo que él quiere”.
Dijo: “¿Cuál es el problema? ¿No están acostumbrados aquí en el sur a alimentar bien a los hombres?”.
Ella dijo: “Sí, señor, pero no a llenar graneros”. Él tenía un tremendo sentido del humor.
El Hermano Branham (61-0212M)