Este hermano de Guyana nos da una fuerte advertencia de lo que puede pasar si cedemos ante las tentaciones del enemigo. Él nos muestra que el camino de un trasgresor es difícil y, aunque el enemigo lo presenta como la opción más fácil, su objetivo final es nuestra destrucción. Que sus errores sirvan de escalones a todo hijo rebelde de Dios que lea este artículo.

Me gustaría compartir este testimonio con la esperanza de que otros que estén encarando las luchas que combatí queden advertidos de no escoger el camino que yo seguí.

Una vez atravesé situaciones muy difíciles y el diablo me tentó a maldecir la gracia de Dios. Pensaba que me resultaría más favorable y fácil dejar de ser Cristiano y unirme al mundo. Lamento decir que caí ante la tentación y, como dice Santiago en la Escritura, la tentación conduce al pecado, el cual conduce a muerte.

Me duele profundamente tener que decir eso, pues el camino de un incrédulo ha sido sumamente difícil.

Ahora miro a mis seres queridos y los maldigo, a pesar de mis mayores esfuerzos y mis constantes oraciones para impedirlo. Es un engaño creer que la vida de un incrédulo es más fácil que la de un creyente. Es un engaño creer que uno puede marcharse al mundo y Dios lo regresará una y otra vez. A la larga, llegará un momento en que uno rechazará la misericordia de Dios por última vez, y puedo testificar que el camino que sigue está lleno de tormento y miseria.

Anónimo

Guyana

Nuestro querido hermano, si está leyendo este artículo, reciba alientos. Esto es lo que dijo el profeta:

Hay miles de creyentes en todo el mundo que están leyendo lo que usted ha escrito en su testimonio. No solo agradecemos su advertencia para nosotros, ya que es cierto lo que dijo, sino que presentaremos su caso ante el Señor Jesús en nuestras oraciones. Satanás es nuestro acusador, así que ese sentir de que ha pecado más allá del límite solo puede provenir de él. Nuestro Señor Jesús lo espera con los brazos abiertos. Él lo ama y nosotros también. Por favor, regrese al Señor.

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