18/08/2017
La Voz apacible y delicada

El hecho de que Dios no está muerto, sino vivo y cuidándonos, no podría ser más real para esta familia.

El siguiente testimonio lo enviaron desde la oficina de VGR de Mbandaka, República Democrática del Congo:

¡Quiero compartir este testimonio sobre lo que Dios hizo recientemente por mi familia!

El 30 de junio —el cual es un día feriado en nuestro país al ser el Día de la Independencia de la República Democrática del Congo (RDC)— me encontraba en casa, cuando el Hermano Eale (representante de VGR de Mbandaka) me llamó, pues había que terminar un trabajo urgente en la oficina de VGR.

Me dirigí rápidamente al trabajo; entretanto, recibí una llamada de un vecino, quien me dijo que regresara lo más pronto posible. Le pregunté si ocurría algún problema en casa y me informó que la casa que arriendo había colapsado por causa de la lluvia.

Cuando llegué, vi que gran parte de la pared se había derrumbado, dejando al descubierto las dos habitaciones que usábamos. Mi esposa se encontraba en casa con mis dos hijos, una niña de treinta y tres meses y un niño de dieciocho meses.

Antes de que la pared se desplomara, el niño estaba durmiendo en su cuarto y mi esposa no dejaba de escuchar una voz que le decía: “Ve a sacar a tu hijo”. Finalmente fue y lo colocó en el sofá de la sala.

Al cabo de unos minutos, escuchó el estruendo de las paredes de todos los cuartos desplomándose. Este incidente destruyó gran parte de nuestros bienes, pero Dios protegió a toda mi familia.

Pudo colapsar en la noche mientras dormíamos y ¡todos habríamos muerto! Esto me reconfirmó que tenemos un Padre celestial que está vivo, nos cuida y siempre está prevenido contra el enemigo.

¡Que Dios siempre reciba gloria!

El Hermano Jacques IYOMI

Asistente de la oficina de VGR de Mbandaka