03/11/2015
Cumplir Sus requisitos

Nosotros no somos salvos por nuestros sentimientos, nuestros dones ni nada más aparte de la Palabra de Dios. Nuestra vida es un torbellino de sentimientos y emociones. Un día nos sentimos animados y al otro desmoralizados; pero, gracias al Señor, no dependemos de nuestras emociones. La roca sólida de nuestra salvación proviene de una sola fuente: Su Palabra.

Quiero compartir un testimonio sobre la gran bendición que recibí de parte de Dios durante mi Tiempo a Solas.

Dudaba mucho si tenía el Espíritu Santo. Durante mi Tiempo a Solas estaba decidiendo cuál Cinta escuchar. Quería algo que me infundiera ánimo y me ayudara. Oré para que Dios me mostrara la cinta que debía escuchar, y algo en mi interior me dijo que ingresara a Búsqueda en el Mensaje, buscara la letra f  y eligiera el sexto sermón de los resultados. Así lo hice y me encontré con la Cinta Acepten el Regalo de Dios (53-0219).

Escuché esta hermosa cita en ese sermón:

Escuchen atentamente. Ud. nunca vivirá distinto a su confesión. Jesús es el Sumo Sacerdote de nuestra confesión. ¿Es correcto eso? Ahora, Hebreos 3:1 (ahora, cualquier erudito sabe que esa misma palabra profesión también significa ‘confesión’; es la misma traducción), ahora está sentado a la diestra del Padre para interceder por (¿qué?) nuestra confesión. Él no puede hacer nada por Ud. hasta que Ud. primero confiese que Él ya lo ha hecho. ¿Ven? Cuando Ud. aceptó… Ahora, yo no fui salvo… no soy salvo esta noche porque me regocijo y grito. No es así. No soy salvo porque el don de Dios obra a través de mí. Soy salvo porque cumplí las condiciones que Jesucristo requirió de mí. Yo soy salvo conforme a la Biblia. ¿Ven? ¿Es correcto? ¿Ven? En… Y no porque sienta que soy salvo. Satanás puede ponerlos a dar vueltas en cuanto a sus sentimientos, pero él no puede cuando es ASÍ DICE EL SEÑOR. ¿Ven? No puede ir—hacer eso. Él no puede sobrepasar eso; eso lo derrotará.

Esto era precisamente lo que yo necesitaba. ¡Gloria al Señor por Su bondad y la gracia conmigo!

Dios los bendiga ricamente y los proteja.

Una hermana en Cristo