09/03/2018
Dios respondió mi oración

Y Dios establece un tiempo y tiene un propósito en todo lo que Él hace. Nada sucede accidentalmente, para los que aman al Señor, y que según Su propósito son llamados, ¿lo ven?; nosotros somos predestinados. Y todo funciona correctamente en torno a eso, porque Él no puede mentir y Él dijo que funciona así; que todo tiene su tiempo, su sazón, y tiene su manera. Y Dios está detrás de cada movimiento.

El oprobio por la causa de la Palabra (62-1223)

Los artículos “Cartas de prisioneros” son de los más populares de branham.org ¡y con toda la razón! Aunque la mayoría no nos hemos encontrado rodeados de tres paredes de concreto y rejas de prisión, todos nos podemos identificar con la prisión del pecado en la que estuvimos en algún momento.

El siguiente se cuenta desde la otra perspectiva de una obra en la prisión que se lleva a cabo en el otro extremo del mundo, en el país de Madagascar. El Hermano Solofo, administrador de la oficina de VGR, ha sentido un deseo profundo en el corazón de acercarse a ese grupo en particular de gente necesitada. Un abismo llamaba en su corazón y había otro que respondía.

La primera vez que recibí los libros del Mensaje traducidos a nuestro idioma (el malgache), el deseo más profundo de mi corazón fue llevárselos a los prisioneros de habla malgache.

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Durante años, he intentado entrar a la Prisión Central de Antananarivo.

Finalmente, la semana pasada, Dios respondió mi oración. Conseguimos una autorización especial de las autoridades de la corte para visitar todas las secciones de la prisión de la ciudad. Nos permitieron distribuir los libros en malgache con toda libertad.

Por lo tanto, logramos repartir 37 cajas de mensajes en malgache (eran copias de 37 mensajes) y todos los tratados que llevaba.

En la prisión, hay cuatro secciones para los hombres, una para las mujeres y otra para los menores.

En la de los HOMBRES, hay 2323 prisioneros; en la de las mujeres, 300; y en la de los MENORES, 200.

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Al llegar a la sección de los menores, los libros no dieron abasto, por lo que las autoridades nos pidieron que regresáramos esa misma tarde para traer el abastecimiento de material, con toda libertad, sin necesidad de otra autorización.

Los prisioneros estaban gozosos y agradecidos, pues decían que era la primera vez que recibían esta clase de mensajes. Dios satisfizo la sed de mi corazón. Él todavía responde a la oración. Alabado sea Su Santo Nombre.

Oren por esta pobre gente.

El Hermano Solofo

Oficina de VGR de Madagascar

Fotografías

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