11/11/2015
El grano almacenado

El equipo de Zimbabue emprendió otro viaje. Esta vez, condujeron durante tres horas para llegar a Penhalonga, ubicada en una altiplanicie.

Después de llegar, el equipo saludó a los santos y distribuyó un paquete muy especial. Cuando les anunciaron que también recibirían esta “pequeña joya”, el Jubileo se encendió y nuevamente el campamento se llenó de gozo.

La distribución de la tarjeta microSD sigue progresando aquí. Después de Chivhu, el turno le tocó a una localidad llamada Penhalonga.

Penhalonga es un paraje hermoso que se alza en lo profundo de las altiplanicies orientales de nuestro país. Los hermanos se habían enterado de que recibirían una visita especial de VGR, así que, definitivamente, aguardaban la llegada con ansias. Sin embargo, lo que más avivaba la expectación era el rumor de que estos emisarios portaban un paquete muy especial para los creyentes de Penhalonga.

El trayecto de tres horas hacia Penhalonga resultó muy agradable y pintoresco. En el amanecer de ese domingo, la vida del campo empezaba a despertar y el ambiente parecía estar fresco y tranquilo mientras fijábamos rumbo hacia nuestro destino. Cuando llegamos a Penhalonga, nos encontramos con un hermano que estaba parado junto a la carretera en un cruce con un libro de La Palabra Hablada en la mano. Era inevitable pasar por alto ese folleto azul titulado Cuando les fueron abiertos los ojos, Lo reconocieron.

Subió a bordo y nos sirvió de guía, hasta que nos encaminó por el pequeño camino que conducía a la iglesia y los Santos que nos esperaban. A medida que el hermoso edificio aparecía ante nosotros, empezamos a oír los cantos y sentir la atmosfera maravillosa; entonces supimos que de verdad nos encontrábamos en el lugar indicado. El pastor, el Hermano Isaac Kufakwemba, acogió al equipo de VGR con una cálida bienvenida y entonces dejó en suspenso a los creyentes al garantizarles que ese día les esperaban bendiciones.

Él le dio la bienvenida al Hermano Gordon, quien subió para saludar a la gente afectuosamente. Leyó la escritura concerniente al mensajero vindicado de nuestra edad para hacer referencia a la visión del Hermano Branham, que Dios le dio con motivo de almacenar el Alimento y de su profundo deseo de volver a predicar entre sus amigos, los africanos.

Declaró que Dios en Su gran plan impartió esa profecía y sigue cumpliéndola hasta la fecha para que el profeta, aun hoy, 50 años después, tenga la oportunidad de sembrar la Semilla de la Palabra en el campo africano. Qué maravilloso fue y los santos se regocijaron en gran manera; pero aún quedaba más.

Al Hermano Stephen se le pidió que presentara la tarjeta microSD a la novia hambrienta. En el edificio se escuchó un estruendo, gozo inefable y lleno de gloria, cuando les anunciaron a los creyentes el contenido de la tarjeta y se oyó aun más fuerte cuando se enteraron de que cada familia se llevaría gratuitamente a casa una tarjeta con las preciosas Palabras del siervo y profeta de Dios traducidas al shona.

En el lugar resonaba deleite sincero. Los creyentes expresaron su gozo con aplausos emotivos y resonantes, con ofrendas mecidas, con gritos de “¡aleluya!” y “¡amén!”, y al ponerse de pie para dirigir al Señor una ovación efusiva por tal regalo. El momento culminante de ese memorable y extraordinario día llegó cuando escuchamos una porción traducida de la cinta del Jubileo de ese mismo domingo, Sed (65-0919).

Hermano, ¡qué ministración profética! ¡Nos llegó en abundancia! El Hermano Branham nos explicó la simple palabra sed y expuso la Palabra con claridad excepcional. Cuando se acabó la cinta, la atmosfera era indescriptible. Algunos estaban en el altar y reinaba un silencio santo, serenidad y gran reverencia. El pastor pasó adelante y animó a las personas, afirmando de nuevo que las palabras del Hermano Branham son la verdad. Como siempre pasa en este lado de la eternidad, tuvimos que darle fin.

Repartimos los formularios de la lista de direcciones entre los creyentes para que los llenaran. Mientras tanto, los síndicos se apresuraron a encontrar una mesa donde organizar todo y la instalaron afuera. Estas palabras de nuestro profeta describen a la perfección el momento en que los Santos se organizaron en fila para entregar su formulario y recibir su porción de Alimento espiritual en su debido tiempo:

Y me da mucho gusto poder ver cuando uno sabe que tiene un Mensaje de parte de Dios, y uno se lo da al pueblo, y ver al pueblo responder a eso. Luego uno mira hacia atrás y dice: “Gracias, Padre”. ¡Oh, qué gozo es entonces, ver a los hijos comiendo el Pan que les ha sido enviado! ¿Se dan cuenta Uds. que esa fue una visión de hace muchos años, aquí mismo en este tabernáculo? Es cierto, “El Pan de Vida”.

65-0718E

Nos siguen llegando vez tras vez agradecimientos de los creyentes bendecidos. Inmediatamente después de recibir la tarjeta de su familia, una hermana nos manifestó que atravesaba una dificultad sin escapatoria: “Nos mudamos a una casa que está en construcción y actualmente estamos viviendo allí”. “Todavía no hay electricidad”, añadió. Se apesadumbró mucho cuando le hicieron falta los medios para escuchar las cintas. “No podía escuchar las cintas ni los MP3, pues los dispositivos debían estar conectados a la electricidad para reproducirlos”. Ella podía cargar la batería de su teléfono para usarlo durante el día; pero este no contenía mensajes. La tarjeta microSD fue un gran alivio y un abismo que acudió al llamado y anhelo de otro abismo. Estaba muy emocionada porque escucharía los mensajes con su familia, dos niños y una niña, y todos podrían escuchar y entender bien la Palabra a medida que el profeta la impartiera.

Los viajes como este ponen en manifiesto la verdadera hambre y sed por la Palabra que tiene la Novia. Anteriormente, a algunos creyentes se les dificultaba captar todas las palabras, debido al acento o la falta de dominio del inglés; pero Dios, como siempre, les abrió un camino a esas preciosas almas hambrientas.

Ahora un Jubileo está vigente y el Mensaje nos llega a todos en nuestro idioma local y totalmente gratis. ¡Bendito sea Su santo Nombre! Con emoción anticipamos testimonios poderosos, pues las personas están en la presencia del sol.

Gracias por seguir enviando suministros. Sin lugar a dudas, la batalla se vuelve más intensa y recia; pero con la Palabra de Dios podemos derrotar al diablo dondequiera, cuandoquiera y bajo cualquier circunstancia.

Dios los bendiga,

Oficina de Zimbabue de VGR