17/04/2017
¿Puede el Señor fallarle?

Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

Isaías 65:24

¿Es posible que el Señor le falle a alguien? Este hermano, como mínimo, sufriría una lesión que cambiaría su vida o posiblemente moriría. Pero todo cambió cuando el Señor oyó mientras él aun hablaba y lo bajó tal como él pidió.

El SEÑOR REALMENTE ME BAJÓ; pero, ¡oh, tan, pero tan suavemente! Hace poco, me contrataron para construir una escalera en un acantilado de aproximadamente diez pisos. Había barrancos empinados, pues era la primera sección. Era una caída como de cuatro metros hasta una plataforma rocosa de unos 120 centímetros de ancho.

Había instalado una plataforma (de 90 × 120 centímetros) y cinco metros de peldaños. Aun no se habían colocado barandillas. 

Me encontraba en la plataforma cuando tropecé con algo y, ¡caí de cabeza hacia la roca plana allá abajo! Apenas tuve tiempo de invocar el Nombre del Señor y, al instante, ¡me DETUVE abruptamente a 90 centímetros de la roca!

Sentí que algo me apretaba el tobillo y, mientras permanecía colgado, me empezó a bajar muy despacio. Cuando toqué la roca con la cabeza, pude sentir que mi zapato se resbalaba lentamente. Cuando la mitad de mi espalda reposaba en el suelo, ¡mi zapato se desprendió y terminé acostado en toda la espalda!

Mi tobillo se enredó en una vid, la cual se extendió y resistió en la medida exacta para ponerme allí.

Dios es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Esa vid ya se encontraba allí, por tanto, ¡ÉL ciertamente responde antes de que lo llamemos!

¡Gloria a SU santo Nombre!

El Hermano Charlie