¡Saludos en el precioso Nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!
Desde hace dos años teníamos el sentir en nuestro corazón de presentar el Mensaje a los que viven en la costa oeste de Noruega y nos alegró que Dios nos concediera la oportunidad de llevar libros y material a esa zona del país. De hecho, era un territorio vikingo en la antigüedad. Efectuamos las mismas preparaciones que en la ocasión de Laponia: anunciamos en periódicos y varias emisoras que mostraríamos el video Un abismo llama a otro abismo en dos lugares de esa región, Stavanger y Sandnes. Algunos miembros del equipo misionero partieron con carros completamente cargados de material y algunos llegamos en avión.
Nuestras expectativas se incrementaron mucho cuando alguien nos mostró un artículo viejo del periódico de 1957, que hablaba sobre un hermano llamado Rein Seehuus, pastor de una iglesia local, quien invitó al Hermano Branham a predicar en Stavanger. En esa época, él no pudo viajar a Noruega ni Stavanger. No obstante, estábamos gozosos de poder presentarles el profeta a los habitantes de Stavanger este año.
Tras reunir al equipo para orar en la mañana, salimos a las calles con las pancartas y repartimos las invitaciones a la proyección del video.
Cuando llegó la hora de preparar la sala de proyección, muchos asistentes ya esperaban afuera en una larga fila. Acomodamos el material en la mesa y alistamos todo; luego, abrimos las puertas a la gente, mientras tocábamos los himnos del Hermano Branham. No se imaginarán la atmósfera tan grata que esto nos creó, aun antes de que iniciara el video.
Siempre consideramos un gran honor introducir al profeta a una multitud que nunca ha podido escuchar al Hermano Branham. Creemos que este sermón en especial, Un abismo llama a otro abismo, transformó muchos corazones este fin de semana. Al mostrar este video, pudimos guiarlos a la mismísima Fuente de la Palabra Hablada y el Pan Viviente de nuestra generación. Un fruto de este viaje misionero es que recibirán los sermones traducidos periódicamente por correo. Entregamos a todos los presentes dos folletos: El misterio de Dios y El mensajero.
Una pareja que administra la librería Cristiana de la ciudad solicitó el DVD de Un abismo llama a otro abismo para su establecimiento.
Gracias al Señor Jesucristo, nuevamente pudimos testificar de Sus maravillas. Nos infunde mucho ánimo ver a nuestro querido profeta hablar de nuevo a personas que vienen de distintas denominaciones e iglesias. Hasta una gran cantidad de personas se quedaron paradas afuera en los pasillos, mientras proyectábamos el video. No pudieron entrar porque estaba saturado, pero sí pudieron escuchar la voz del profeta por una puerta abierta.
Nos gustaría compartirles una cita preciosa del video:
Y cuando la vida haya concluido aquí en la tierra, se haya ofrecido la última oración, las batallas hayan terminado, el humo se haya disipado, las armas estén colgadas, las Biblias estén cerradas y lleguemos a Tu casa… Cuando esa gran Mañana eterna rompa en claridad, cuando los escogidos a su patria lleguen ya, como dijo el poeta… Señor, al ver esa gran mesa extendida para esa Cena, de miles de millas de larga, mirándonos unos a otros a lo largo de la mesa, veteranos con cicatrices de batalla, lágrimas de gozo rodando por nuestras mejillas… El Rey saldrá en Su belleza, santidad, recorrerá la mesa y con sus propias manos enjugará las lágrimas de nuestros ojos, diciendo: “No llores más; ya todo ha terminado; entra al gozo del Señor”. Las luchas del camino parecerán nada entonces, Padre, cuando lleguemos al final del camino.
Y ayúdanos esta noche, Señor, a olvidar las cosas del pasado; permítenos proseguir a la meta de nuestro supremo llamamiento. Y que Tu Espíritu venga y manifieste a Tu Hijo, Jesucristo, a esta gente; pues me he esforzado, como mortal, por decirles que eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Porque lo pedimos en el Nombre de Jesús, Tu amado Hijo, amén.
Un abismo llamando a otro abismo (54-0624)
Agradecemos al Hermano Joseph, VGR y todos los que nos recordaron en oración.
¡Jamás olvidaremos este fin de semana!
¡Dios los bendiga ricamente!
El Hermano David y la Hermana Ellen
VGR - Noruega