Saludos en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo:
El lunes, 10 de septiembre del 2018, emprendimos el viaje hacia las montañas de Huasteca Potosina en compañía de mi esposa.
Esta es la zona del centro de México en la que más se dificulta viajar; no obstante, es la que más disfruto, pues allí los hermanos y su modo de vivir son muy sencillos.
Lo más sobresaliente de su vida es que aman a Dios, esta Palabra, el Mensaje y a su profeta. Solo están esperando la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Llegué al centro del municipio de Axtla De Terrazas, al cual llamo “el centro”, ya que desde allí puedo ir al norte, sur, este u oeste visitando a los hermanos que se encuentran en toda la cordillera.
Algunos viven en la parte baja de la montaña, otros en el medio y algunos en la cima; así que disfruto de la vegetación y los paisajes de esa zona.
Algo que me sorprende bastante es que la mayoría de sus casas están construidas con bambú y el techo es de cartón o láminas de metal; así es en todas las casas de la cordillera. Los hermanos tienen electricidad y, no solo eso, también cuentan con acceso a internet en algunas zonas de cada localidad. El estado de los caminos y las carreteras está mejorando, pues el gobierno está encargándose de renovar la infraestructura vial de esa región.
Llevé tres Tabletas Agapao y numerosas tarjetas microSD para mostrar a los hermanos e informarles de la gran bendición que pronto recibirán en sus hogares.
Me impresionó mucho el asombro y el gozo con que observaban las tabletas. Miraron cómo funcionaba la Tableta Agapao, los videos del profeta y las fotografías. Pude darme cuenta de que recibieron una gran bendición. Escuché a algunos hermanos y hermanas comentar entre ellos que eso era lo que necesitaban para alimentarse en casa. En ese momento, me sentí insignificante y me quedé sin palabras.
Algunos hermanos compartieron alimento físico con nosotros y, como dice el Hermano Branham, “tuvimos un jubileo gastronómico”.
Les pido que recuerden en sus oraciones a nuestros hermanos y hermanas de esa zona, pues están pasando por pruebas y luchas difíciles.
Luego de viajar seis días y recorrer 2200 kilómetros, regresé a casa.
¡Dios los bendiga!
Su hermano y amigo, Fernando
Oficina de VGR de Guadalajara