Asistí durante un tiempo a iglesias pentecostales de Dubái, pero en lo profundo de mi corazón sentía un hambre por servir mejor a Dios y buscar la verdad.
Me di cuenta entre los pastores pentecostales que cada iglesia se considera mejor que las demás y cada pastor procuró que desistiera de visitar otras iglesias. Esa actitud no me agradó, por lo que me vi obligado a encontrar a Dios cara a cara buscando la verdadera adoración. Diariamente durante tres meses me dirigí a Dios en oración y le pedí con desesperación que me mostrara la verdad. Un día, Dios se me apareció en un sueño y me dijo: “Debes asistir a la iglesia y congregarte a donde van Winfred y Nelson”. Cuando desperté del sueño, llamé a todas las cuarenta iglesias que conocía en Dubái para preguntar por los dos nombres, pero nadie conocía a estas dos personas.
Llamé a India, mi patria, para averiguar en todas las iglesias que conocía, pero fue en vano. Un día, Dios conmovió el corazón de un hermano llamado Zacarías, a quien ya conocía, pero nunca habíamos conversado sobre religión. Me llamó para que nos encontráramos. Cuando nos reunimos, empezó a referirse al bautismo verdadero citando escrituras y luego me invitó a donde se congregaba. Como acordamos, visité la iglesia y noté que las predicaciones eran distintas. No le había contado nada al Hermano Zacarías sobre mi anhelo y lo que Dios me mostró en sueños.
A la tercera semana de asistir a los servicios, me vine a enterar que el pastor de la iglesia del Mensaje de Dubái es el Hermano Nelson y su asistente es el Hermano Winfred. Desde ese día, sé que me encuentro en el lugar indicado, donde permanezco firme. Me bauticé correctamente según Hechos 2:38 y también comprendí que el profeta de Malaquías 4 es el Hermano William Branham. Ahora vivo en paz, leyendo el Mensaje y escuchando la Voz de Dios. Agradezco al Señor por la forma misteriosa que usó para guiarme a la Verdad.
Dios responde la oración.
El Hermano Israel (redactado por el Hermano Caleb)
Dubái, Emiratos Árabes Unidos