26/10/2016
Así se encendió la vela

7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?

10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?

11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?

Mateo 7:7-11

Asistí durante un tiempo a iglesias pentecostales de Dubái, pero en lo profundo de mi corazón sentía un hambre por servir mejor a Dios y buscar la verdad.

Me di cuenta entre los pastores pentecostales que cada iglesia se considera mejor que las demás y cada pastor procuró que desistiera de visitar otras iglesias. Esa actitud no me agradó, por lo que me vi obligado a encontrar a Dios cara a cara buscando la verdadera adoración. Diariamente durante tres meses me dirigí a Dios en oración y le pedí con desesperación que me mostrara la verdad. Un día, Dios se me apareció en un sueño y me dijo: “Debes asistir a la iglesia y congregarte a donde van Winfred y Nelson”. Cuando desperté del sueño, llamé a todas las cuarenta iglesias que conocía en Dubái para preguntar por los dos nombres, pero nadie conocía a estas dos personas.

Llamé a India, mi patria, para averiguar en todas las iglesias que conocía, pero fue en vano. Un día, Dios conmovió el corazón de un hermano llamado Zacarías, a quien ya conocía, pero nunca habíamos conversado sobre religión. Me llamó para que nos encontráramos. Cuando nos reunimos, empezó a referirse al bautismo verdadero citando escrituras y luego me invitó a donde se congregaba. Como acordamos, visité la iglesia y noté que las predicaciones eran distintas. No le había contado nada al Hermano Zacarías sobre mi anhelo y lo que Dios me mostró en sueños.

A la tercera semana de asistir a los servicios, me vine a enterar que el pastor de la iglesia del Mensaje de Dubái es el Hermano Nelson y su asistente es el Hermano Winfred. Desde ese día, sé que me encuentro en el lugar indicado, donde permanezco firme. Me bauticé correctamente según Hechos 2:38 y también comprendí que el profeta de Malaquías 4 es el Hermano William Branham. Ahora vivo en paz, leyendo el Mensaje y escuchando la Voz de Dios. Agradezco al Señor por la forma misteriosa que usó para guiarme a la Verdad.

Dios responde la oración.

El Hermano Israel (redactado por el Hermano Caleb)

Dubái, Emiratos Árabes Unidos