Me gustaría compartir un testimonio sobre lo mucho que DIOS se preocupa por nuestros pormenores. Hace unos días mi purificador de agua se averió, lo que provocó que el agua se derramara. Luego de llamar a atención al cliente, enviaron un técnico, pero este no pudo desempeñar su trabajo debido a que la tarjeta de garantía se me había extraviado.
Solicitamos repetidas veces que cubrieran los gastos conforme a la garantía, pero fue en vano. Mi esposo se molestó mucho al respecto; pues, a pesar de que la garantía del producto seguía vigente, tendríamos que pagar 2300 rupias de nuestro bolsillo. Entonces recordé los testimonios que publican en branham.org sobre la simplicidad, así que le comenté a mi esposo: “Él no solo es capaz de encargarse de los asuntos importantes de nuestra vida, sino también de los insignificantes”.
Le dije que oráramos y luego salimos a comprar vegetales. Cuando regresamos, encontramos milagrosamente la tarjeta que se había perdido y ya repararon el purificador sin cobrarnos una sola rupia.
Toda la honra, la gloria y la alabanza son para nuestro SEÑOR JESUCRISTO.
La Hermana Sunitha
India