12/10/2017
Dios me habló

Este es el testimonio de una joven que puso su fe por obra en el momento oportuno, mientras escuchaba la Palabra ungida de Dios.

Saludos:

Me gustaría compartir mi testimonio. Espero que le aproveche a alguien más.

Cuando solo llevaba unas semanas de nacida, mis abuelos notaron una protuberancia encima de mi ojo derecho, así que mis padres me llevaron al médico, quien lo diagnosticó como un lipoma y dijo que mientras no fuera inmóvil no había por qué preocuparse. Cuando tenía entre diez y once años, el oftalmólogo descubrió en mi ojo izquierdo astigmatismo y el problema del ojo perezoso, y me formuló gafas. Siempre detesté usar gafas y esperaba que algún día ya no las necesitara.

Con el tiempo, el lipoma comenzó a caerse hacia el ojo y el doctor siguió formulándome gafas.

Intenté aceptar mi sanidad muchas veces, pero siempre me desanimaba o me acobardaba que la gente me creyera loca si declaraba mi sanidad. El pasado jueves por la noche, en nuestro servicio de jóvenes semanal, escuchamos el sermón ¿Por qué? (60-0309), predicado en Phoenix, Arizona.

Al final del servicio, antes de orar por los enfermos, el Hermano Branham dijo:

Ahora, puedo… Siento, en mi propia hechura, que el Espíritu Santo, alguien está tocándolo. Sí, ya hay bastantes.

Estaba orando para que yo fuera la que Lo tocó y, entonces, él se dirigió a una señora que sufría del corazón y le anunció que tenía inconvenientes con la sal. Pensé: “Quizás ahí sucedió”, pues, aunque nunca he sufrido del corazón, sí he experimentado problemas al consumir sal.

¡Pero lo que ocurrió después fue un milagro! Él añadió:

Parado aquí ahora, veo a una mujer; está orando. Ella lleva gafas y está orando por sus ojos. Sí, porque se le están debilitando. Está sentada aquí mismo. Aquí atrás, con gafas. Ya ha recibido sanidad anteriormente en mis reuniones. Así es. Así es. Ahora, Ud.… Ella estaba orando por eso. Muy bien. Ahora, puede irse a casa, crea con todo su corazón y sea sana.

Sabía sin la menor duda que Dios me habló, ¡así que confié en mi sanidad en ese mismo momento y comencé a anunciarla a los demás!

Desde entonces ya no uso gafas y a diario veo con más claridad. Además, el lipoma se desplazó hacia el costado del ojo y se ha encogido.

Agradezco tanto que Dios siga hablándonos directamente por Su Palabra y las cintas, que se grabaron hace cincuenta años. Me consta que mi sanidad total no demora y muy pronto podré ver a la perfección.

Espero que esto aliente el corazón de alguien y lo ayude a darse cuenta de que Dios aún obra milagros.

Dios los bendiga a todos,

Su hermana en Cristo, Melody