10/10/2016
La Palabra eterna

La Palabra de Dios es eterna. ¿Qué significa eso para nosotros? Que podemos reclamar cada historia de la Biblia como nuestra, pues hoy es tan real como el día en que ocurrió. La historia de David y Goliat se puede aplicar a nuestra vida cuando enfrentamos dificultades insuperables, pero confiamos en el poder del Señor Jesús. La valentía de Ester al defender al pueblo de Dios se puede ver por todo el Mensaje de la hora cuando nos paramos por lo correcto sin importar el costo. Podemos identificarnos con Pedro al fallar una y otra vez, pero al final superar las circunstancias. Y, sobre todo, nos esforzamos por manejar cada situación como nuestro Señor Jesús lo habría hecho.

Si el Hermano Branham predicó la Palabra (¡y lo hizo!), entonces podemos reclamar como nuestro lo que dijo. Este hermano brasilero aplicó la Palabra a su vida y a continuación leerán los resultados.

Quiero relatar un breve testimonio sobre la sanidad que recibí de la sinusitis en un servicio del miércoles. Fue una reunión muy conmovedora y ese día hubo un servicio de sanidad (en la cinta). Durante el servicio, experimenté un sentir muy fuerte dentro de mi corazón, como si algo me hablara. Esa noche, cuando nuestro profeta se dispuso a organizar la línea de oración, me sobrevino un gran anhelo de ser sano, pues el Hermano Branham les pidió a aquellos sin tarjeta de oración que levantaran las manos para que también recibieran sanidad.

Cuando el profeta empezó a discernir el problema del segundo hermano, se estaba dirigiendo directamente a mí. Mencionó que había un hermano en la audiencia con sinusitis y que, si él creía que el Hermano Branham era un profeta de Dios, sanaría al instante. En ese mismo momento el profeta añadió que la esposa del hermano se encontraba a su lado, orando por él. Miré a mi esposa, la tomé de la mano y creí que sanaría totalmente.

Al día siguiente me había restablecido por completo; pero, en el trascurso del día, casi al final, empecé a sentir dolor en el rostro. De inmediato recordé que mi profeta dijo en un servicio que Satanás hace todo lo posible para que uno no crea que recibió sanidad. Así que me aferré firmemente a lo que Dios me concedió esa noche por medio de mi profeta. Me dirigí al diablo y le declaré que esos dolores que sufrí por años habían desaparecido esa noche y que de ahora en adelante eran de él y no míos. Gracias a nuestro Señor, no he vuelto he sentir más dolor en mi rostro.

Muchos pueden decir que los días de los milagros han pasado, pero ¿cómo explican entonces lo que dice Hebreos 13:8? La Palabra es única y no cambia. Yo creo que así como fue en esa época, así es hoy, pues tenemos un profeta que lo prueba con las numerosas curaciones que diariamente reciben nuestros hermanos y hermanas alrededor del mundo y somos testigos de eso gracias al sitio web branham.org.

El Hermano Anderson Mello

Brasil