Queridos hermanos y hermanas, los saludo en el Nombre del Señor Jesucristo:
El sábado por la mañana, viajamos a una pequeña aldea llamada Sorek, ubicada a seis horas de Airmolek. Allí nos encontramos con un hijo de Dios que acababa de convertirse y ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo. Anteriormente, él era un pastor de la iglesia denominacional pentecostal de Sorek. Pero les cuento que después de aceptar el Mensaje lo destituyeron de su cargo de pastor expulsándolo de la iglesia denominacional.
Ahora se dedica en su casa a la sastrería y, aunque es muy pobre, se siente feliz, pues recibió el Mensaje en esta última hora. Él también nos contó que el Hermano Malau (un misionero) le ha entregado libros, folletos y DVD, y me preguntó si él podía ayudar al Hermano Malau a difundir el Mensaje en Pekanbaru. ¡Aleluya! Lo invitamos a una reunión de compañerismo con nosotros el domingo en la iglesia local.
El domingo por la mañana, comenzó la reunión en la iglesia de Sorek, la cual duró de 9:00 a. m. a 1:00 p. m. Antes de escuchar el Mensaje en el reproductor de MP3, le di una breve introducción del mensaje Un guía a la gente. Luego del almuerzo hicimos otra reunión, de 3:00 p. m. a 6:00 p. m., en la que escuchamos el mensaje Cómo el Ángel vino a mí…, como una congregación local. Les hablé brevemente sobre el hecho de que Dios envió un profeta en estos postreros días. Él prometió que él les enviaría el profeta Elías, antes que viniera el día de Jehová, grande y terrible, diciendo también: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.
Dios entró en acción y nos tocó a todos; toda la audiencia se llenó de felicidad por escuchar la Voz del Séptimo Ángel. Yo creo que escuchar la Voz de Dios hablada por el Hermano Branham fue una bendición para cada persona. ¡Oh, aleluya! ¡Gloria a Dios! Ellos recibieron bendición por medio de ese MP3. Dios obró abriéndoles los ojos para que vieran Su Luz en el tiempo de la tarde.
El domingo por la tarde, regresamos a Jakarta. Con alegría les anuncio que Dios abrió la puerta en Airmolek y Sorek. ¡Gloria a Dios! Sabemos que Dios está en acción y está obrando en estos últimos días.
Estamos muy agradecidos con nuestro Señor Jesús porque Él siempre nos ayuda y también con nuestros hermanos y hermanas de VGR, en Jeffersonville, y todos los que apoyan esta obra. Por favor, oren por Indonesia.
Dios los bendiga a todos,
El Hermano Martinus
Oficina de Indonesia de VGR