Todo tiene un origen. El pecado comenzó en el Cielo y luego se extendió por el Huerto del Edén cuando Eva le dio entrada al razonamiento. A partir de entonces, vemos que el enemigo ha pervertido las bendiciones de Dios en su Edén de Satanás.
Una de las perversiones más evidentes que el diablo le ha entregado al mundo es la música. David escribió en los Salmos:
Lo que escuchamos hoy dista mucho de los salmos de la Biblia. Hoy en día, ni siquiera podemos caminar por la calle sin que nos bombardeen los susurros del diablo. Se escuchan en los almacenes, las gasolineras y hasta los automóviles que pasan con las ventanas abiertas. Pero ¿dónde comenzó todo esto?
Miren allá atrás, hace algunos años, cuando la primera canción salió. Uds. personas mayores, cuando la... Solían censurar las canciones antes de que permitieran cantarlas en el radio. Y la primera que salió, era esa: “Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas, mostrando sus bonitas rodillas”, y todo así. “Ríanse de papá y mamá, y denles a todos ellos un ‘¡ja-ja-ja!’” Esa es la primera que ellos permitieron escabullirse.
La simiente de la serpiente, 58-0928e
Quizás parezca inocente según los estándares de hoy, pero fue la que le dio entrada.
Atención, muchachas, atención, muchachas; tengo que decirles esto,
Ya que se mantienen “a la moda” y se comportan de esa forma:
No se dejen convencer de que su conducta es inadecuada.
Pues ustedes son tan encantadoras como lo fue la abuela; por tanto, atiendan mi consejo:
Arremánguenselas, muchachas, arremánguenselas.
Arremánguenselas con toda libertad.
Arremánguenselas para mostrar sus bonitas rodillas.
Arremánguenselas, muchachas, arremánguenselas.
Todas arremánguenselas.
Arremánguenselas, ya sea poco o mucho, tal como prefieran.
Que no les digan que es escandaloso.
Pinta la foto de tu novio en tus medias.
Ríanse de papá y de mamá; láncenles un “¡ja, ja!”.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas. (¡Las suyas, arremánguenselas!)
Arremánguenselas, muchachas, arremánguenselas.
Arremánguenselas con toda libertad.
Bájenselas para complacer al policía de tránsito.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Todas arremánguenselas.
Cuando crucen la calle, ¡el tráfico se va a paralizar!
Hasta de los policías irritables verán la alegría,
Cuando las vean a Uds. subir al tranvía.
Luces rojas encendidas o apagadas, los policías no son más que humanos.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Atención, muchachas, atención, muchachas: al cortarse el cabello,
Recibieron muchas críticas, pero ¡no les importó!
Cuando empezaron a usar vestidos más cortos, nos dejaron boquiabiertos;
Pero ¡nunca nos imaginamos que pronto Uds. saldrían con medias!
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Arremánguenselas con toda libertad,
Durante el invierno, el verano, la primavera o el otoño.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Todas arremánguenselas,
Donde y cuando quieran.
Señoritas, señoras, novias, esposas y madres.
Solteras, solteronas y hasta nuestras abuelas.
A la altitud en que se encuentren, así llueva o nieve, las muchachitas deben verse con estilo.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Arremánguenselas con toda libertad.
Arremánguenselas donde consideren que luzcan mejor.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.
Todas arremánguenselas.
¡Arremánguenselas tanto en el sur y el norte como en el oriente y el occidente!
Hoy en día ustedes, muchachitas, ya tienen libertad.
Lo que consideren innecesario ya no lo usen.
Ríanse de papá y de mamá; láncenles un “¡ja, ja!”.
Arremánguenselas, muchachitas, arremánguenselas.