28/03/2018
La simplicidad

Recibimos este testimonio de parte de una hermana que necesitaba algo relativamente insignificante, pero el Señor le demostró que no hay nada demasiado simple; Él también es Dios cuando se trata de los asuntos más simples.

Queridos hermanos y hermanas:

Estoy tan feliz que sencillamente tengo que compartir mi testimonio de palomita de maíz.

Hace ocho años, mi esposo me compró un reloj. En julio de este año, se perdió en alguna parte de la casa. Únicamente me lo quito en ciertos lugares y sabía que tenía que aparecer. Luego de una búsqueda exhaustiva sin éxito, se lo encomendé al Señor.

Pasaron meses y simplemente me mantuve confesando que el Señor me lo devolvería de alguna forma.

Este mes es mi cumpleaños y mi esposo amablemente me ofreció regalarme un nuevo reloj. El sábado, salimos a mirar relojes, pero no encontré ninguno que me gustara. Repetía que quería el antiguo y que el Señor conocía su paradero.

El sábado por la tarde, le oré al Señor para que por favor me restaurara el reloj antes de mi cumpleaños. Esa mañana, tres días después de orar, estaba ocupada con algo y, cuando levanté la mirada, ¡vi a mi hija de veinte meses sosteniendo mi reloj! Ella lo había dejado en la cuna de su muñeca ¡y lo encontró mientas jugaba!

El Señor es TAN bondadoso. ¡Le doy toda la alabanza y honor!

La Hermana Michelle