Pero el Elías de este día es el Señor Jesucristo. Él ha de venir conforme a Mateo, el 17… Lucas 17:30 dice que el Hijo del Hombre ha de revelarse entre Su pueblo. No un hombre, ¡Dios! Pero vendrá Mediante Un Profeta.

Ahora, Jesús promete que aquí en los últimos días el Hijo del Hombre será revelado de nuevo a un grupo de esa misma clase, la Simiente real de Abraham, justamente antes que caiga el fuego. Recuerden, la iglesia no recibió otro testigo, o sea Abraham y aquellos, pero el hijo prometido que ellos buscaban apareció inmediatamente después de eso. Y la iglesia está buscando al Hijo Prometido. El vendrá justamente después de los días de este ministerio, El será revelado desde los cielos.

Fíjense, la Palabra vino al profeta en esta dispensación de gracia, en el agua. Pensé que lo captarían. ¡En el agua! La primera revelación de la Palabra fue en el agua. ¿Ahora ven Uds. dónde comenzó la Novia, el Mensaje del Atardecer? ¡En el agua! La Palabra, la Palabra verdadera, no mezclada con credos, sino que vino al profeta en el agua, por el agua.

Y así también es con un Cristiano verdadero. ¿Sabían Uds. que a un Cristiano verdadero no se le inculpa de ningún pecado? David dijo: “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”. Cuando Ud. está lavado en la Sangre del Cordero, no por algo manufacturado, sino realmente por—por la Sangre del Cordero, Dios no lo acusa a Ud. de ninguna cosa que haya hecho, porque Ud. está bajo la Sangre y El no ve eso. Hay una Sangre de sacrificio; la única manera en que El puede verlo a Ud. es de la manera en que El lo vio antes de la fundación del mundo, cuando El puso su nombre en el Libro de la Vida del Cordero. Eso es todo lo que El puede ver, porque Ud. está redimido de toda cosa que se haya hecho, Ud. está lavado en la Sangre del Cordero.

Mis acciones, y la vindicación de la Palabra de Dios en mi vida, muestra si soy un hijo de Dios o no.

Uds. denme esta—esta iglesia esta noche, este grupo de gente, perfectamente, perfectamente en la promesa de Dios, con el Espíritu Santo, caminando en el Espíritu, yo reto cualquier enfermedad o cualquier aflicción, o cualquier cosa que hay, todo Joe Lewis que hay en el país, con toda su infidelidad, y a todos los incrédulos que hay, a que traigan cualquier enfermedad o aflicción entrando por esta puerta, y saldrán de aquí perfectamente sanos. Sí, señor. Dios dio la promesa, sólo pecado de incredulidad puede mantenerla a distancia.

Yo me comprometo en esta mañana, con Él, de todo corazón, que con Su ayuda y por Su gracia, ruego para que yo busque a diario, sin cesar, hasta que sienta que cada uno de estos requisitos fluya en esta pequeña estatura mía, hasta que yo pueda ser una manifestación del Cristo vivo.

“Mas me preparaste Cuerpo”, un Cuerpo en el que Dios puede habitar, en el que Dios puede caminar, por el cual Dios puede mirar, por el que Dios puede hablar, a través del que Dios puede trabajar. ¡Amén! Un instrumental vivo de Dios, Dios caminando en dos pies, en Ud. ¡Gloria!

Solíamos llamarlo en casa, el testimonio de la palomita de maíz. Ahora, ¿cuántos saben lo que es una palomita de maíz? Les diré lo que hace. Uno toma un granito amarillo y lo coloca sobre una estufa caliente; y este salta al aire, amarillo, se torna blanco y regresa el doble de grande y la mitad de liviano, la mitad de pesado, mejor dicho, que antes. Es un testimonio. ¿Ven? Eso es lo que hace un testimonio. Un pequeñito amarillo que no se atreve a nada por miedo y entonces, cuando uno menos piensa, el poder y el fuego del Espíritu Santo lo golpea a uno y lo blanquea de eso amarillo. Y uno se siente tan liviano que uno (¿ven?), uno ya no está anclado a la tierra. Así que me gusta el testimonio de la palomita de maíz.

Bueno, entonces debe haber un Dios en algún lugar, que está poniendo ese deseo en su corazón para que desee eso. Y si Él ha puesto ese deseo allí, entonces debe haber algo allá afuera que satisfaga ese deseo que Ud. tiene. ¿Lo ven? El abismo que llama al abismo… Y en alguna parte aquí afuera, un día Ud. se dará cuenta y todos vamos a verlo: que Dios tendrá una iglesia que se remontará más allá, hermano, y todas esas cosas maravillosas que una vez pertenecieron a la Iglesia del Dios viviente, que ha sido marginada, se pondrá de pie algún día y emprenderá un viaje por el cielo.

Ahora, muchas veces… Si hubiera alguien que debiera estar equipado para tener fe, sería un erudito de la Biblia, alguien que ha leído la Biblia, enseñado la Biblia. Esa debería ser la persona con fe. Pero a veces es absolutamente lo contrario. He visto en la plataforma personas santas que llevaron vidas piadosas, caminando ante Dios, pasar a la plataforma y no recibir su sanidad; y a una prostituta seguirlos y recibir su sanidad. Dios no lo sana por los méritos de su salvación; Él lo sana por los méritos de su fe. Ud. debe creerle. Porque el Cristiano a veces piensa que Dios se lo debe, que: “Yo soy una buena persona; he hecho esto y lo otro”. Cuando Ud. tiene eso en mente, no recibirá nada de Dios, hasta que lo saque de su mente. Ud. le debe a Dios; no Dios a Ud.

Dios, crea en mí un avivamiento. Permíteme que yo sea el avivamiento. Permite que cada uno de nosotros sea el avivamiento, el avivamiento en mí. Hazme, Señor, hambrear, hazme tener sed. Crea en mí, Señor, aquello que es necesario en mí. Permíteme desde esta hora en adelante ser Tuyo; un siervo más consagrado, un mejor siervo, más bendecido por Ti; más capaz, más humilde, más amable, más dispuesto a trabajar; mirando más a las cosas que son positivas y olvidando las cosas que están en el pasado, y lo negativo. Permíteme presionar hacia la marca del alto llamamiento de Cristo. Amén.

Ése es nuestro deseo, ¿no es así?

Lo lleva a un cierto lugar, lleva a cabo una ceremonia delante de los Ángeles, y lo coloca posicionalmente, lo que él es en el Cuerpo de Cristo. Entonces esa persona tiene la autoridad. Permítanme decir esto, aunque Uds. me consideren un fanático desde esta noche en adelante: esa mismísima cosa de la cual estoy predicando será hecha. Habrá un poder puesto dentro de la Iglesia, y está ahora entrando, cuando el Espíritu Santo ungirá tanto al pueblo, al grado que ellos hablarán la Palabra y Ella misma creará allí mismo. Nosotros no hemos visto poderes como esos que están ahora entrando a la Iglesia. Yo lo sé por experiencia.

“Di a este monte: Quítate, y no dudes en tu corazón, sino cree que será hecho lo que tú has dicho, tú puedes tener lo que tú has dicho”: la colocación de la Iglesia en posición, en donde la plenitud del poder del Espíritu Santo entra en la Iglesia. Entonces las bocas de los críticos serán calladas. Será un período corto. Jesús bajó del monte, y fue directamente al Calvario. Fíjense: no durará mucho tiempo, pero estará aquí.

Y de nuevo, nos preguntamos en las Escrituras, cuando está escrito: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. Y, muchas veces, cuando quizás el azote de Su corrección nos golpea, no entendemos cómo puede eso ayudar a bien. Pero, después de que todo termina, entonces miramos al pasado y lo alabamos a Él por eso, pues Él sabe; nosotros no. Nosotros solo actuamos obedientes a Su Palabra y a Su castigo. Él jamás nos castigó a menos que lo necesitáramos. Y a veces tal vez pensemos que no éramos culpables; pero Él sabe… Quizás no lo seamos, pero Él sabe hacerlo de tal manera que todo ayude a bien. Y qué —qué hermoso es simplemente dejar su vida en Sus manos y decir: “Heme aquí, Señor; solo úsame ahora, dirígeme y guíame y dame dirección en la manera en que Te agrade”. Y luego no murmure. No importa qué camino sea, quédese allí de todas maneras y Dios hará que salga bien. “Los pasos del justo son ordenados por el Señor”. Y esa Escritura es verdad.