29/01/2018
F-E

Todos hemos leído las historias de la viuda y la tinaja de harina; Gedeón y el vellón; y Jesús cuando les dijo a los fariseos que arrojaran la primera piedra. Estas historias Bíblicas no están registradas solamente como datos históricos, sino que se deben aplicar a nuestra vida en esta época moderna. Lo mismo ocurre con el Mensaje del Hermano Branham.

A este hermano le robaron una pertenencia muy preciada. Él recordó un testimonio del Hermano Branham concerniente al robo de un carro y lo aplicó a su vida. Oró con su hijo. ¿Cuál fue el resultado? ¡Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos!

Hace como un año, me detuve por la mañana en la gasolinera local para repostar mientras me dirigía a la ciudad. Luego, conduje unos 24 kilómetros hasta llegar a una tienda de materiales de construcción.

En el mostrador de servicio al cliente, el dependiente me pidió la licencia de conducción. Extendí la mano para sacar la billetera del bolsillo, pero no la encontré. De repente caí en cuenta de que la había dejado en la gasolinera.

Salí de inmediato de la tienda y regresé a la gasolinera. La billetera ya no se encontraba en el surtidor de la estación, así que entré a la tienda para hablar con el administrador. Él propuso que revisáramos las grabaciones de la cámara de vigilancia.

Vimos que poco después que me marché (a eso de las 10:00 a. m.), un hombre abasteció su auto y extendió la mano hacia la parte superior del surtidor. Desafortunadamente, por el ángulo de la cámara, no se pudo identificar la matrícula del auto, así que le dejé mi información de contacto al administrador de la tienda.

De regreso a casa, oré con mi hijo mayor y hablamos sobre el testimonio del auto que le devolvieron al Hermano Welch Evans, después de que los hermanos se reunieron con el Hermano Branham y oraron al Señor para que hiciera retroceder al hombre y “regresar, de donde estuviera”.

Le mencioné a mi esposa que la persona que se llevó mi billetera vería la fotografía de la Columna de Fuego, ya que es lo más notable en su interior.

Esa tarde, como a las tres, recibí una llamada del administrador de la tienda. Con emoción me anunció que apareció mi billetera.

Cuando entré a la tienda para recogerla, el administrador enfatizó: “¡No creerá lo que pasó! Un hombre entró corriendo con la cabeza agachada, dejó su billetera en el mostrador y me pidió que se la devolviera al dueño. ¡Luego se marchó de prisa!”. Adjunté una fotografía de mi billetera.

Cuando la recogí y la reconocí, ¡nada hacía falta! Estábamos persuadidos de que el sujeto, tras ver la fotografía de la Columna de Fuego, se detuvo y retrocedió por obra del Espíritu Santo, ¡así como el ladrón de autos del testimonio del Hermano Evans!

Tuve que fijarme en que la billetera estuvo ausente aproximadamente por cinco horas, pues siempre presto atención a los números. El Hermano Branham dijo que Dios se manifiesta en Sus números. Me gustaría compartirles la siguiente cita:

David la tenía entre sus—sus dedos y tenía cinco piedras en su mano. ¿Qué es? F-e [esta palabra tiene cinco letras en inglés] en J-e-s-ú-s. Y aquí venía y recuperó la oveja.

Perseverancia (63-1116e)

¡Gloria al Señor!

Un hermano en Cristo

Indiana