05/12/2018
No muy lejos

Muchas veces, la gente piensa que necesita fe sobrenatural, para ser un creyente. No es así. El hisopo testifica de eso, una planta común que podría conseguirse en cualquier parte; recójalo, sumérjalo en la sangre y aplique la sangre. La Sangre, esta noche, se aplica con fe simple. En nada sobrenatural; está a su alrededor, en todas partes. Así de sencillo, como un niño; extienda la mano y tómelo, y aplique la Sangre. El hisopo es tan simple como la fe de un niño, para el creyente. No es algo fuera de su alcance. No tiene que alargar mucho la mano para alcanzarlo.

La Señal (64-0208)

El siguiente es el testimonio de un hermano joven de Canadá que extravió una gran suma de dinero, sin ninguna esperanza de que apareciera de nuevo; no obstante, como se imaginarán, Dios le tenía reservado algo especial. El Hermano Theo ofreció la oración de fe ¡y Dios respondió!

La semana pasada, estaba trabajando en mi refugio y cuando regresé a la casa, noté que había perdido mi billete de cien dólares.

Lo había guardado en el bolsillo del pantalón y seguramente se cayó. Me entristecí y pasaron unos días sin que se lo contara a mis padres. Cuando se enteraron, se enfadaron conmigo y me dijeron que saliera con mis hermanos a buscarlo nuevamente.

Ya llevaba desaparecido cuatro o cinco días; hacía mal clima y vivimos en una plantación. No tenía idea de dónde buscar, pero, antes de empezar, oré. Salí ese día y no encontré nada.

Ayer paseaba mi perro y vi algo volando por el prado que parecía una hoja grande. Me acerqué y resultó ser mi billete de cien dólares; fue asombroso. Lo recogí, entré y se lo conté a todos.

Luego, ¡me dirigí a mi habitación para darle gracias a Jesús por devolvérmelo!

Alabado sea el Señor.

Con cariño,

Theo Harvey (de casi 8 años),

Canadá