Nuestro Padre Celestial, estamos agradecidos con el Señor Jesucristo por redimirnos de la vida pecaminosa y por permitirnos ser llamados Sus hijos. Estoy muy agradecido por los amigos que me has dado, por los elogios que mi hermano y la audiencia acaban de darme. No soy digno de estas bendiciones. Más bien, que toda la gloria sea del Señor Jesucristo, Quien me sacó de una vida de pecado y me salvó, para… por su gracia y me dio estos amigos. Tú lo hiciste, Señor, y estoy agradecido. Y que siempre sea digno, por Tu Espíritu, de ellos, Tus hijos.
El doctor Moisés (55-0114)
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Mis amigos, como ya saben, aquí en Estados Unidos dedicamos el Día de Acción de Gracias a agradecer a nuestro Señor Jesús por todas Sus bendiciones. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para expresar lo agradecido que estoy por SU amor y amistad. Para los que estén leyendo este artículo, probablemente nunca nos hemos conocido en persona, pero yo creo que estábamos juntos desde antes de la fundación del mundo y permaneceremos así por la Eternidad.
Estoy agradecido de que el Señor me haya concedido el honor de servirle hombro a hombro con todos ustedes. Si Él me preguntara con qué grupo de personas de la historia quisiera compartir mi vida, respondería: “Señor, estas son las mejores personas que han existido en la tierra. ¡Quiero estar con ellos!”. Amigos, quizás no encajemos en este mundo; pero, somos un linaje escogido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo peculiar y ¡deberíamos anunciar las virtudes de Aquél que nos llamó de las tinieblas a Su Luz admirable! Esas son las personas que viven en la tierra hoy en día y es un honor que me llamen su amigo.
Que nuestro Señor Jesús bendiga ricamente a cada uno de ustedes en este Día de Acción de Gracias y recuerden el regalo tan especial que el Señor nos obsequió: el uno al otro.
Su amigo,
El Hermano Joseph