22/11/2019
Separadores de Hechos 19

¡Tenemos un nuevo producto asombroso para la Novia de Cristo!

El Hermano Branham se refería al ministerio del paño

de oración cuando dijo: “La mayor cantidad de milagros que sé que han acontecido, han sido mediante el correo”. Cantidades incontables de estos pañitos se han enviado alrededor del mundo durante años y así como afirma Hechos 19, la gente recibió sanidad. Si la Palabra de Dios es eternamente verdadera, entonces sabemos que el ministerio del paño de oración es tan poderoso hoy como cuando se escribió el libro de los Hechos.

Fabricamos estos dos separadores para que guarden su paño de oración en Hechos 19 y siempre estará a la mano y disponible. Son de cuero fino e incluyen un prendedor de seguridad para que pueden sujetarlo a su ropa como instruyó el profeta.

El precio del separador de cuero y el paño de oración es $10 USD más el envío. Pueden pedirlo por internet aquí: PERDIR SEPARADOR o llamando a la oficina al 812.256.1177.

A continuación, encontrarán más información sobre los paños de oración.

El profeta nos enseñó que Pablo seguramente entendió que los fragmentos de su vestidura producirían sanidad, pues Eliseo instruyó a la mujer sunamita a colocar su báculo sobre su hijo muerto. Eliseo sabía que sus manos bendecían todo lo que tocaran. No tenemos el báculo de Eliseo, pero tenemos algo mejor: ¡El mismo púlpito del Hermano Branham! Los paños fueron colocados sobre el púlpito mientras sonaba la grabación de una oración del Hermano Branham.

El Hermano Branham nos pidió que oráramos con él por los paños en esa cita. En obediencia a la Palabra de Dios, el Hermano Joseph y el Hermano Billy Paul también oraron por los paños.

El separador con el paño de oración se debe colocar en Hechos 19. Cuando lo usen, el Hermano Branham nos enseñó que prendiéramos el paño bajo nuestra vestimenta. Luego, debemos confiar en que el Señor sanará nuestro cuerpo, pues ¡Sus Promesas nunca fallan!

Nos gustaría poder enviarles a todos estos separadores de cuero; pero, desafortunadamente, son muy costosos de fabricar. Sin embargo, siguiendo el ejemplo del Hermano Branham, nos complace enviar gratuitamente el paño de oración (sin el separador) a todo el que lo pida.

Les tenemos una petición. El Hermano Branham con frecuencia le pedía a la gente que enviara sus testimonios luego de que sanaran. Por favor, envíenos su testimonio a VGR (PO Box 950, Jeffersonville, IN, 47131) o por correo electrónico (vogr@branham.org).

La siguiente cita se coloca cuando los paños de oración están en el púlpito:

Ahora antes que lo olvide, quiero orar por estos pañuelos ahora. Bien, no solo quiero orar yo; quiero que Uds. oren conmigo, cada uno de Uds. Este aquí es del papá de alguien esperando por estos, la madre de alguien, son los amados de alguien. Y ellos son hijos de Dios, creyentes. Entonces oremos juntos.

Ahora Padre celestial, venimos humildemente ante Ti como un grupo de creyentes. Tú has dicho en Tu Palabra que donde estuviesen dos o tres congregados en Mi Nombre, allí estoy en medio de ellos. Y lo que acordaren en cuanto a algo y pidieran, lo recibirán, les será concedido”.

Y ahora aquí están estos pañuelos, y la Biblia nos enseña que tomaban del cuerpo de San Pablo, paños y delantales; los espíritus malos salían de la gente; sanaban de las enfermedades. Y, Padre, nos damos cuenta de que no somos San Pablo, pero Tú todavía eres Jesús. Tú eres Aquel que sanó, no Pablo; ellos reconocieron que Tú estabas con él. Y ciertamente Tú no actuarías así en un momento de crisis, y entonces cuando ocurre lo mismo, como ya lo mencioné, Tú tienes que actuar de la misma manera.

No somos dignos de pedir esto. No hay nada bueno en nosotros. Sin embargo, es porque Tú no has pedido que lo hagamos. Así como la serpiente en la asta, no había ninguna virtud en la serpiente o en la asta, pero fue la obediencia la que produjo los resultados. Que así sea en esta noche, Padre.

Allá en la ladera, detrás de aquellas montañas, una madrecita camina de un lado a otro esperando que llegue el pañuelo para su bebé enfermo. Aquel pobre padre anciano y ciego sentado allá en una pequeña habitación en esta noche, con un bastón blanco en su mano; él ha escuchado: “La fe viene por el oír”. Él está esperando que este pañuelo regrese. ¡Oh Dios!, muchos más en el hospital…

Se nos ha enseñado en la Biblia que Tú les prometiste a los israelitas la tierra prometida, desde Canaán hasta la tierra prometida. Y un día, cuando ellos salieron de Egipto para fijar su posición para ir para a la tierra prometida, el mar Rojo se interpuso. Estaban rodeados por el ejército del Faraón. Las montañas y el desierto estaban a un lado y el mar Rojo se interponía en el camino. Un escritor dijo: “Dios miró hacia abajo por medio de esa Columna de Fuego con ojos de ira. Y cuando Él miró sobre el Mar Rojo, este se atemorizó, pues estaba obstaculizando al pueblo de Dios que tenía la promesa. Y ellos estaban marchando. Él se atemorizó y retrocedió. Israel cruzó, en su viaje.

¡Oh, Dios!, en esta noche cuando estos pañuelos sean colocados sobre los enfermos y los afligidos, que Tú mires por medio de la Sangre de Jesús con ojos airados; que las enfermedades que están reteniendo a la gente se atemoricen. Pues el gran temblor de la mañana de Pascua demostró que Él vive, y que ella retroceda; y que ellos tengan la promesa de una buena salud, como prometió la Biblia. Concédelo, Señor, pues es con este propósito que enviamos estos pañuelos en el Nombre de Tu Hijo amado, el Señor Jesús. Amén.

Qué son la visiones (56-0421)