09/12/2016
Trayendo sanidad y medicina

6 He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.

Jeremías 33:6

Por todo el mundo vemos Su poder de sanidad y abundancia de paz y verdad asentándose en el corazón de los hombres. Este hermano quería animar a los hijos de Dios que quizás están batallando para no perder la fe en su sanidad y que el Señor es capaz de traernos sanidad y medicina.

Me gustaría compartir este testimonio para alabar al Señor Jesús y animar a Sus hijos. Un sábado, una semana antes de trabajar como voluntario en la cocina de Still Waters, sufrí una hernia discal que me produjo mucho dolor e incomodidad. Ese lunes, en la Cita del Día, el Hermano Branham dijo que se puede creer ahora mismo, pero que quizás uno empiece a sentirse mejor o reciba sanidad una semana después.

Si hay pecado en su vida, sáquelo. Si hay condenación, sáquela. Si hay duda, sáquela. Hasta que Ud. pueda ver perfectamente que es la voluntad de Dios, el plan de Dios, y que Ud. está incluido allí, entonces diga: “Enfermedad, en el Nombre de Jesucristo, apártate de mí”. Y recuerde, Ud. quizás no se sienta mejor por una semana. Pero tan pronto como Ud. dijo esa palabra, algo sucedió. Dios tiene que cumplir Su Palabra. Esa enfermedad tiembla y comienza a soltar. Él se irá, Ud. solo créalo. No dude. Como Pedro caminando en el agua, Él dijo: “¿Por qué dudaste? ¡Oh, hombres de poca fe!”. Solo porque él se hundía no tenía nada qué ver. Cristo le había ordenado, y Su Palabra era suficiente. De esa manera debemos también pensarlo nosotros.

¿Por qué? (59-0813)

Lo creí y continué pensando en las promesas de sanidad de Dios. Intenté estirarme, moverme y demás, pero me sentía igual. Estuve tan atareado durante la semana laboral que no pude consultar un quiropráctico y además quería confiar en el Señor. En el servicio del miércoles, en la iglesia, el Hermano Branham discernió el problema de espalda que padecía alguien. No sentí el poder de Dios, pero sí creí.

¿Cree usted? ¿Me cree con todo su corazón? ¿Cree que yo puedo…? Si Dios me dice exactamente dónde está su problema, sabiendo que somos extraños entre nosotros, ¿aceptará su sanidad ahora mismo, sabiendo que yo le digo que Jesucristo…? Si… En otras palabras, si Dios me revela dónde está su problema y lo hace exacta y absolutamente como siempre, entonces sabrá que mis palabras son verdad, ¿es cierto? Y mis palabras son estas: que Jesús lo sanó hace mil novecientos años. ¿Lo aceptará ahora? Es su espalda, ¿es correcto? Siga, en el Nombre de Jesucristo, y sea sano.

Elías y Eliseo (54-0304)

En la mañana del jueves seguía igual. Pensé: “Bueno, quizá Él quiera que vaya al quiropráctico”; pues sé que Él también los usa. Era consciente de que necesitaba estar en perfecto estado para ayudar en Still Waters; pero en ninguno de los dos consultorios del quiropráctico quedaban citas disponibles esa semana. Mientras trabajaba el jueves por la tarde, de repente noté que había experimentado una mejoría asombrosa, como del 90 por ciento. ¡Él me sanó!

Cuando llegó el domingo, me había recuperado casi por completo. Exactamente lo que dijo el Hermano Branham en la Cita del Día del lunes: recibí mi sanidad una semana después.

El Hermano Stephen Chambless

Indiana