La primera vez que recibí los libros del Mensaje traducidos a nuestro idioma (el malgache), el deseo más profundo de mi corazón fue llevárselos a los prisioneros de habla malgache.
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Durante años, he intentado entrar a la Prisión Central de Antananarivo.
Finalmente, la semana pasada, Dios respondió mi oración. Conseguimos una autorización especial de las autoridades de la corte para visitar todas las secciones de la prisión de la ciudad. Nos permitieron distribuir los libros en malgache con toda libertad.
Por lo tanto, logramos repartir 37 cajas de mensajes en malgache (eran copias de 37 mensajes) y todos los tratados que llevaba.
En la prisión, hay cuatro secciones para los hombres, una para las mujeres y otra para los menores.
En la de los HOMBRES, hay 2323 prisioneros; en la de las mujeres, 300; y en la de los MENORES, 200.
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Al llegar a la sección de los menores, los libros no dieron abasto, por lo que las autoridades nos pidieron que regresáramos esa misma tarde para traer el abastecimiento de material, con toda libertad, sin necesidad de otra autorización.
Los prisioneros estaban gozosos y agradecidos, pues decían que era la primera vez que recibían esta clase de mensajes. Dios satisfizo la sed de mi corazón. Él todavía responde a la oración. Alabado sea Su Santo Nombre.
Oren por esta pobre gente.
El Hermano Solofo
Oficina de VGR de Madagascar