29/01/2016
Sus banderines están ondeando

El equipo de Noruega nos envía noticias de la obra misionera que llevó a cabo hace poco en la ciudad capital de Oslo, donde pasaron el día ondeando los banderines y difundiendo la Luz con la esperanza de mostrar el verdadero significado de la Navidad. El siguiente es su informe:

¡Saludos en el nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo!

Por primera vez en Oslo utilizamos los banderines grandes. No cabe duda que lo anticipamos con mucha emoción. Nos dio mucha alegría saber que tantos creyentes estaban orando por este viaje misionero. El equipo madrugó para empezar, y preparamos todo para ese día especial.

Cerca de las estaciones de tren y de metro encontramos un buen lugar para instalar la mesa con las tarjetas de testificar. También trajimos un reproductor de cintas y pusimos a sonar la Voz del profeta.

Dios nos llenó de valentía y fuimos transformados y estuvimos dispuestos para Su misión. Resultó un éxito desde el primer segundo cuando empezamos. Entregamos tarjetas de testificar y dos libros en noruego: El misterio de Dios y El mensajero. Fue algo glorioso conocer personas y hablar con ellas.

Representar como también presentar a un Jesucristo viviente y Su Evangelio para esta edad es el mayor honor que hay. Era fácil que la gente viera los banderines desde todos los ángulos. Se acercaban de todas direcciones. Los pasajeros de carros, buses y tranvías también alcanzaron a ver de qué se trataba… pues borboteaba de nosotros.

En una de las tarjetas de testificar tituladas Vida en el más allá, las preguntas por detrás dieron exactamente en el blanco:

Le ofrecimos esta tarjeta a una dama en su bicicleta que estaba esperando en el semáforo para cruzar la calle (como pueden ver en una de las fotos). Ella no la aceptó; pero, mientras leíamos en voz alta cada pregunta del reverso de la tarjeta, se volteó y dijo: “Me gustaría recibirla”. Luego, el semáforo cambió y la señora se fue.

Después de trabajar por horas en las calles, llegó el momento de terminar. Lo pasamos de maravilla. Los cuatro nos llevamos los banderines y empezamos a caminar por las calles. Un hermano y dos hermanas recorrieron los alrededores entregando las tarjetas de testificar mientras los acompañábamos sosteniendo los banderines. Fue extraordinario ver la reacción de la gente y el gran interés por los tratados.

No tenemos palabras para describir lo maravilloso que fue. ¡Aleluya!

Ese mismo día, estudiantes jóvenes, muchachas, muchachos, gente de mediana edad, ancianos, extranjeros, ricos, indigentes, personas que iban de compras con motivo de los regalos de Navidad y demás… tuvieron, por la gracia de Dios, una oportunidad maravillosa de hacer la verdadera preparación de Navidad: recibir en su corazón el Regalo Celestial, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Nuestra oración, desde lo más profundo de nuestro corazón, es que un día algunos de ellos se unan a entonar con los santos:

“¡Es mi gozo el decir que soy de Él!”.

Dios los bendiga ricamente.

¡Gracias por todas sus oraciones!

El Hermano David y la Hermana Ellen

Los Ángeles acampan alrededor; todo está en orden. Toda muralla puede ser derribada. Ya está derribada. El Hijo de Dios va delante de nosotros, Sus banderines ondean y no hay nada que pueda interponerse en el camino de un santo que va al encuentro de una promesa de Dios.

Tu simiente poseerá la puerta de Su enemigo, 59-1121

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