Aquí, no hace mucho, estaba parado en un pequeño museo observando a dos muchachos que estaban dando… mirando una tarjeta que decía: “El peso real de un hombre de ciento cincuenta libras y el valor de ese peso”.
¿Sabe cuánto valdría Ud. si pesara ciento cincuenta libras? El hombre. Ud. vale ochenta y cuatro centavos. Correcto. Ud. tiene el suficiente potasio… Y el suficiente calcio, y un… Casi lo suficiente para rociar en el nido de una gallina. Y ochenta y cuatro centavos, y luego Ud. se pone un abrigo de visón de quinientos dólares, un sombrero, un traje de cien dólares, levanta su nariz; si lloviera se ahogaría, y luego uno se cree alguien. ¿Qué es Ud.? Ud. vale ochenta y cuatro centavos.
Y Ud. va a un restaurante y pide un plato de sopa, y si hubiera allí una mosca, Ud. lo devolvería así de rápido. [El Hermano Branham chasquea los dedos.—Ed.] “Sí, señor, no quiero tener nada que ver con eso. Pues, veré que el periódico lo sepa, la cámara de comercio, ¿qué del presidente del restaurante, el dueño?, lo que ha sucedido”.
Vean, ustedes cuidan esos ochenta y cuatro centavos. Nunca le pondrían nada venenoso, pero dejan que el diablo llene esa alma de lo que quiera, y esa alma es eterna. Correcto.
El siguiente artículo se publicó originalmente el 17 de mayo del 2016. ¡Es hora de ver si seguimos alimentándonos correctamente!
Hoy en día, existen muchas clases de dietas: vegetarianas, bajas en carbohidratos, bajas en grasa, estrictas para adelgazar, de desintoxicación, médicas… La lista sigue y sigue. Como creyentes, nosotros tenemos una dieta para el alma. Es una dieta comprobada, prescrita por el gran Médico, que cura todo, desde un dolor de muela hasta el cáncer. Hace desarrollar músculos de fe y vista de revelación que sobrepasa con creces una visión 20/20.
Si necesitan hacer algún cambio en su dieta y no saben cuál escoger, estos son algunos de los beneficios de esta Dieta Integral de la Palabra Hablada de Dios.
No hace mucho empecé esta dieta de Alimento integral. Dejé toda la “comida chatarra” y ahora solo disfruto la Palabra que trajo el profeta de Dios.
Es Maná que fue almacenado antes de que yo naciera, y a algunos les preocupa que ya se haya dañado. Sin embargo, ¡nunca antes me había sentido tan renovada! Tengo una vista 20/20, mi fe es más fuerte que nunca (por escuchar) y cuando me doy un festín de este Maná fresco (sigue muy fresco y vivo), ¡siento que puedo remontar vuelo como si tuviera alas de águila!
Aparte de eso, se ha comprobado que cura el dolor de muelas, el dolor de cabeza, las enfermedades cardiacas, el cáncer, el nerviosismo… ¡y hasta que resucita a los muertos! Si pidieran mi opinión, les diría que están locos si prueban otra cosa. ¿Y lo mejor de todo? Entre más lo coman, ¡se sentirán mejor!