El 6 de octubre del 2018, organizamos un día muy especial para nuestros pequeños en la oficina de Brasil. Les preparamos un día único para que pudieran jugar, divertirse, cantar y, sobre todo, escuchar al Hermano Branham.
El tema de esta reunión fue “redimido” y nos basamos completamente en la edición 24 de la Revista Cub Corner y en la hermosa historia de Juanito Cuervo.
Para que los niños sintieran que estaban en una granja, nos esforzamos al máximo ambientando el lugar con una decoración colorida. Hicimos marionetas en forma de cuervo y una que representaba al granjero malo y otra al bueno.
Estuvieron presentes setenta niños en compañía de sus padres o tutores y, además, un equipo de voluntarios que trabajó fuertemente para organizar y llevar a cabo el evento.
A las ocho en punto de la mañana abrimos las puertas y pudimos ver la expectativa que se reflejaba en sus pequeños rostros.
El Señor nos concedió un clima perfecto, a pesar de que ese día el riesgo de lluvia era del ochenta por ciento. Aunque el día no estuvo muy soleado, no llovió y el clima estuvo perfecto para que ellos corrieran por todo el prado.
Preparamos un delicioso desayuno con aperitivos, jugos, café y chocolate (este último les encantó), palomitas de maíz, algodón de azúcar y mucha alegría.
Después de desayunar, cantamos un rato con ellos, nos entretuvimos con unos juegos y ellos se divirtieron con la pelota, un juego de memoria, futbolín, tenis de mesa, juegos de puntería y el juego de los nueve cuadros.
Como a las 10:30 a. m. los llevamos a un teatro de marionetas. Quedaron muy cautivados mirándolas.
En el teatro, dramatizamos la escena de Juanito Cuervo comiendo en los sembrados de maíz. El hombre malo lo aprisionó y él estaba desesperado por volar y ver a sus amigos. Entonces el hombre bueno llegó y lo liberó, pero él seguía sintiendo que estaba atado.
Algunos niños querían pararse de sus asientos para liberar a Juanito Cuervo; estuvieron muy pendientes de la obra.
Al final, escuchamos la cita del Hermano Branham que se menciona en la revista de Cub Corner. A los niños les encantó y hasta algunos padres se les escaparon lágrimas de los ojos mientras el teatro se abría y se escuchaba al profeta de Dios.
Después del teatro, les dimos una bolsa pequeña con el logo de Cub Corner llena de dulces y chocolates para que llevaran de recuerdo.
Con una bolsa llena de golosinas, posaron en el escenario para que les tomaran fotografías. Al final, no querían marcharse.
Cuando estábamos a punto de terminar, reuní a todos los voluntarios y les agradecí personalmente a cada uno por ayudarnos. Ellos desempeñaron un papel muy importante y un gran trabajo.
Dios nos concedió un día excelente con la presencia de cada niño y sus padres. Todos nos agradecieron por la oportunidad y pidieron que diéramos gracias al Hermano Joseph Branham y a todo el equipo de VGR.
¡Dios los bendiga!
El Hermano Anderson Vieira
Oficina de Brasil