15/01/2016
La simplicidad

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

Mateo 18:19

Quizás no parezca muy significativo; pero cuando el refrigerador de esta familia se averió y el técnico estaba muy ocupado para atenderlos, ellos se reunieron en oración para encomendárselo a nuestro Señor Jesús, Quien es más que capaz. Seguramente ya sabrán lo que pasó.

Él nunca está demasiado ocupado como para ayudarnos con las “cositas insignificantes” de nuestras vidas.

Me da mucho gusto leer y enterarme de todos los testimonios provenientes de alrededor del mundo, ¡especialmente los testimonios de la simplicidad!

Hace exactamente una semana, nuestro refrigerador dejó de funcionar. Como es nuevo, no sabíamos qué pudo fallar. Este conservaba toda nuestra comida, así que tuvimos que sacarla toda y llevarla a la oficina de mi esposo para lograr rescatar lo que más pudiéramos. Mi esposo llamó al técnico, pero no podía hacer la visita de inspección hasta el próximo miércoles.

Nos sentamos en la sala para resolver cómo arreglárnosla para pagar la reparación o quizás un refrigerador nuevo. Miré allá y dije: “Vamos a ponerle las manos”. Sabía que aunque se tratara de algo tan insignificante, nuestro Dios era capaz. Entramos a la cocina, le pusimos las manos y- ofrecimos una oración sencilla:

“Dios, Tú conoces nuestros problemas y ves nuestros corazones, y sabemos que puedes hacer lo que sea. No tenemos con qué pagar esto y lo necesitamos para conservar la comida de nuestra familia. Pedimos que Tú intervengas. Te amamos y Te agradecemos por esto. En el Nombre de Jesús oramos. Amén”.

Al día siguiente no se vieron cambios. Cuando llegó el domingo, todo seguía igual; pero el lunes por la noche ¡empezó a funcionar y no ha parado! Ahora siempre que paso por el refrigerador, canto: “Gloria a Dios”. ¡Hemos tenido un avivamiento en nuestra casa, testificando que Dios vio lo que estaba en nuestros corazones y suplió nuestras necesidades, aun cuando se trató de algo tan insignificante!

¡Gracias, Señor!

La familia Jackson

Estados Unidos