08/01/2020
Artículos archivados: ¿Sabían? (Los mártires)

Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

II Timoteo 4:6-8

Seguramente estas fueron las últimas palabras que escribió nuestro amado apóstol Pablo. Él y muchos otros pagaron el precio más alto para prepararnos el camino en esta gran batalla. Hoy en día, leer sobre el final de estos grandes pilares de la fe nos inspira a terminar la carrera que empezó hace 2000 años. Su sacrificio fue morir por el Evangelio, el nuestro es vivir por el Evangelio.

Esta es una lista de algunos de esos hombres de la iglesia primitiva y la manera en que recibieron su corona. Lo siguiente son extractos de El libro Los Mártires, de Foxe.

I. Esteban

Su muerte fue ocasionada por la fidelidad con la que predicó el Evangelio a los traidores y asesinos de Cristo. Se enfurecieron a tal grado que lo echaron de la ciudad y lo apedrearon hasta matarlo. La época en que sufrió se supone que fue la Pascua posterior a la de la crucifixión de nuestro Señor, y en la época de Su ascensión, en la siguiente primavera.

Después se suscitó una gran persecución contra todos los que profesaban la creencia en Cristo como Mesías, o como profeta. San Lucas nos dice de inmediato que “en aquel día se hizo una grande persecución en la iglesia que estaba en Jerusalén”, y que “todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”.

Alrededor de dos mil Cristianos, incluyendo Nicanor, uno de los siete diáconos, padecieron el martirio durante “la persecución que hubo con motivo de Esteban”.

II. Jacobo el Mayor

El siguiente mártir que encontramos en el relato según San Lucas, en la Historia de los Hechos de los Apóstoles, es Jacobo hijo de Zebedeo, hermano mayor de Juan y pariente de nuestro Señor, pues su madre Salomé era prima hermana de la Virgen María. Diez años después de la muerte de Esteban ocurrió este segundo martirio. Poco después de que Herodes Agripa fue designado gobernador de Judea, con el propósito de congraciarse con los judíos, suscitó una intensa persecución contra los Cristianos, decidiendo dar un golpe eficaz al atacar a sus líderes. No se debería pasar por alto el relato que da un eminente escritor primitivo, Clemente de Alejandría. Nos dice que cuando Jacobo estaba siendo conducido al lugar de su martirio, su acusador fue llevado al arrepentimiento debido al extraordinario valor e intrepidez del apóstol; cayó a sus pies para pedirle perdón, se profesó como Cristiano, y decidió que Jacobo no iba a recibir solo la corona del martirio. Por tanto, ambos fueron decapitados juntos. Así, resuelto y bien dispuesto, recibió el primer mártir apostólico aquella copa, que él le había dicho a nuestro Salvador que estaba dispuesto a beber. Timón y Parmenas sufrieron el martirio alrededor de la misma época; el primero en Filipos y el segundo en Macedonia. Estos acontecimientos acontecieron en el 44 d.C.

III. Felipe

Nació en Betsaida de Galilea y fue llamado primero por el nombre de “discípulo”. Trabajó diligentemente en Asia Superior y sufrió el martirio en Heliópolis, en Frigia. Fue azotado, echado en la cárcel y después crucificado en el 54 d.C.

IV. Mateo

Trabajaba como recaudador de impuestos y nació en Nazaret. Escribió su evangelio en hebreo, que fue después traducido al griego por Jacobo el Menor. Desempeñó sus labores en Partia y Etiopía, país en el que sufrió el martirio al ser asesinado con una alabarda en la ciudad de Nadaba, en el año 60 d.C.

V. Jacobo el Menor

Algunos piensan que se trataba del hermano adoptivo de Jesús. Fue escogido para supervisar las iglesias de Jerusalén, y fue autor de la Epístola adscrita a Jacobo en el canon sagrado. A la edad de noventa y cuatro años fue golpeado y apedreado por los judíos, y finalmente le abrieron el cráneo con un garrote de batanero.

VI. Matías

De él se sabe menos que de la mayoría de los discípulos; fue escogido para llenar la vacante dejada por Judas. Fue apedreado en Jerusalén y luego decapitado.

VII. Andrés

Era el hermano de Pedro. Predicó el evangelio a muchas naciones de Asia; pero al llegar a Edesa fue prendido y crucificado en una cruz cuyos extremos fueron fijados transversalmente en el suelo. De ahí el origen del término de Cruz de San Andrés.

VIII. Marcos

Nació de padres judíos de la tribu de Leví. Se supone que fue convertido al Cristianismo por Pedro, a quien sirvió como amanuense (persona que se dedica a escribir a mano), y bajo cuyo cuidado escribió su Evangelio en griego. Marcos fue arrastrado y despedazado por el pueblo de Alejandría, en la gran solemnidad de su ídolo Serapis, acabando su vida en sus implacables manos.

IX. Pedro

Entre muchos otros santos, el bienaventurado apóstol Pedro fue condenado a muerte y crucificado. Hegesipo dice que Nerón buscó razones contra Pedro para darle muerte; y que, cuando el pueblo se dio cuenta, le rogaron insistentemente a Pedro que huyera de la ciudad. Pedro, ante la insistencia de ellos, quedó finalmente persuadido y se dispuso a huir. Pero, llegando a la puerta, vio al Señor Cristo acudiendo a él, a quien, adorándole, le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”. A lo que Él respondió: “A ser crucificado de nuevo”. Con esto, Pedro, dándose cuenta de que se refería a su propio sufrimiento, volvió a la ciudad. Jerónimo dice que fue crucificado cabeza abajo, con los pies arriba, por petición propia, porque era (en palabras suyas) indigno de ser crucificado de la misma forma y manera que el Señor.

X. Pablo

También el apóstol Pablo, que antes se llamaba Saulo, tras su enorme trabajo y obra indescriptible para promover el Evangelio de Cristo, sufrió también esta primera persecución bajo Nerón. Abdías declaró que cuando se dispuso su ejecución, Nerón envió a dos de sus caballeros, Ferega y Partemio, para que le dieran la noticia de su muerte. Al llegar a Pablo, que estaba instruyendo al pueblo, le pidieron que orara por ellos, para que ellos creyeran. Él les dijo que poco después ellos creerían y serían bautizados delante de Su sepulcro. Hecho esto, los soldados llegaron y lo sacaron de la ciudad al lugar de las ejecuciones, donde, después de haber orado, dio su cuello a la espada.

XI. Judas

Hermano de Jacobo el Menor, era comúnmente llamado Tadeo. Fue crucificado en Edesa, el 72 d.C.

XII. Bartolomé

Predicó en varios países y, habiendo traducido el Evangelio de Mateo al idioma de la India, lo propagó en aquel país. Finalmente fue cruelmente azotado y luego crucificado por los agitados idólatras.

XIII. Tomás

Llamado Didimo, predicó el Evangelio en Partia y la India, donde, por provocar la ira de los sacerdotes paganos, fue martirizado al ser atravesado con una lanza.

XIV. Lucas

El evangelista fue autor del Evangelio que lleva su nombre. Viajó con Pablo por varios países y se supone que fue colgado de un olivo por los sacerdotes idólatras de Grecia.

XV. Simón

De sobrenombre Zelota, predicó el Evangelio en Mauritania, África y hasta en Gran Bretaña, país en el que fue crucificado en el 74 d.C.

XVI. Juan

El “discípulo amado” era hermano de Jacobo el Mayor. Fue enviado de Efeso a Roma, donde se afirma que fue echado en una caldera de aceite hirviendo. Escapó milagrosamente, sin daño alguno. Domiciano lo desterró posteriormente a la isla de Patmos, donde escribió el Libro de Apocalipsis. Nerva, el sucesor de Domiciano, lo liberó. Fue el único apóstol que escapó una muerte violenta.

XVII. Bernabé

Era de Chipre, pero de ascendencia judía. Se supone que murió alrededor del 73 d.C.

Y, a pesar de todas estas continuas persecuciones y terribles castigos, la Iglesia crecía diariamente, profundamente arraigada en la doctrina de los apóstoles y de los varones apostólicos, y regada abundantemente con la sangre de los santos.