26/12/2016
Qué si…

El siguiente artículo de Lifeline lo publicaron en diciembre del 2015:

El mes pasado, hablamos sobre el tema “¿Qué si Cristo no hubiera venido?”, y este mes queremos plantear otra pregunta: ¿Qué si Dios no hubiera enviado al Hermano Branham? ¿Dónde se encontrarían Ud. hoy?

Aunque muchos de ustedes tuvieron la fortuna de nacer y crecer en el Mensaje, una gran cantidad de creyentes provienen de denominaciones pentecostales, otros de diferentes denominaciones protestantes o la iglesia católica. Pero hoy existen muchos creyentes preciosos que nunca se habían asociado con iglesias o grupos religiosos. Solo deambulaban, perdidos en el pecado, hasta que un día escucharon esa Voz y reconocieron que eran águilas.

La mayoría no nacimos en la época de sus primeras reuniones o no tuvimos la oportunidad de asistir. Así que remontémonos a uno de los primeros años de las reuniones del Hermano Branham: 1947; veremos en cuántos lugares ministró y oró por los enfermos durante horas hasta el punto de comprometer su salud.

En 1946, luego de su comisión, el Hermano Branham predicó en 15 lugares, además del Tabernáculo Branham.

Solo en 1947 dirigió 44 reuniones, de las que sabemos, en varias ciudades de los estados de Arkansas, Arizona, California, Florida, Idaho, Illinois, Kansas, Louisiana, Missouri, Oklahoma, Oregon y Texas; y también en estas provincias de Canadá: Alberta, Columbia Británica, Manitoba y Saskatchewan.

¡Oh!, ¿no les habría encantado asistir a las reuniones de 1946 y 1947? Desafortunadamente no hay grabaciones de las de 1946 y solo seis de 1947.

Los mensajes del Hermano Branham no se grabaron regularmente hasta 1954. La grabación más antigua data de 1947, producida en disco a 78 rpm. Según la información que nos suministraron, esta grabación original la registró alguien que disponía de un fonógrafo y que aprovechó las reuniones para probar su equipo con un altavoz en el auditorio.

Después, en 1947, otro desconocido, maravillado con las reuniones del Hermano Branham de Phoenix, Arizona, consiguió el equipo necesario para grabar los servicios en discos fonográficos. Ciertamente agradecemos al Señor por haber infundido ese deseo en el corazón de alguien. De seguro ellos ni se imaginaban que el Señor estaba usándolos o que seis décadas después la Novia de Cristo apreciaría tanto sus esfuerzos.

El Hermano Branham permaneció casi continuamente en el campo desde finales de 1940 hasta principios de 1950, pero existen muy pocas grabaciones de esos servicios. De hecho, en 1948 él predicó más que en cualquier otro año, pero solo conservamos dos grabaciones de ese año.

Cuando finalmente el magnetófono se volvió asequible al público, cada vez se grabaron más reuniones del Hermano Branham. Con frecuencia se veían 15 o 20 grabadoras alineadas en la plataforma registrando el servicio. En ese entonces, el Hermano Branham ya predicaba antes de orar por los enfermos.

Aunque esas reuniones debieron ser maravillosas, el Hermano Branham ciertamente se sacrificó para poder orar por todas esas personas. Todos los servicios exhaustivo, junto con la falta de descanso, afectaron bastante al profeta de Dios.

En la primera plana de la edición de julio de 1948 de La Voz de Sanidad, se destacaron dos artículos sobre el Hermano Branham: el primero se titulaba “el Hermano Branham se toma un descanso prolongado”, mientras que el segundo, “Cinco días grandiosos en Eugene, Oregón”, resumía su reunión.

El primer artículo enunciaba: “Tan grande es su compasión por los enfermos y los afligidos que se le dificulta alejarse de las multitudes, pues muchos necesitan su ministerio. En la primera etapa de su ministerio de sanidad, nuestro hermano oraba por los enfermos hasta la una o dos de la madrugada, o hasta que sucumbía ante el agotamiento. En el trascurso de un año bajó 18 kilogramos”.

El segundo artículo también decía: “El Hermano Branham estaba tan agotado en esta reunión que era evidente que cada noche se esforzaba al límite”.

Verdaderamente él se dedicó enteramente a orar por los enfermos, tanto que con frecuencia lo sacaban completamente exhausto de la plataforma.

“Y lo que siempre me he preguntado: ¿podría ministrarles a todos los enfermos? Ese ha sido el deseo de mi corazón. Lo intenté. Una vez les conté que permanecí en el púlpito durante ocho días y noches. No podía… más—miles y miles más al final de los ochos días que antes. Y nuca dejé la plataforma. Dormí aquí, comí aquí y de todo; aquí mismo en el púlpito durante ocho días y noches. Lo hice; me tomé unas vacaciones de casi ocho meses después de eso. Tuve…

En otras palabras, no podía salir. Sufrí un colapso nervioso. Parecía que iba a matarme. Por tanto, me—me di cuenta entonces que debía usar un poco más de sabiduría de la que había empleado. Jesús nunca trató de tocar a las personas así de esa manera. ¿Correcto?”.

El ángel y la comisión (50-0821)

 

“Hace unos años cuando salí en mi primer viaje, mi niña Rebekah comentaba en una de mis salidas. Me ausenté por seis meses antes de regresar. Iba de lugar a lugar. Estuve orando por ocho días y noches y nunca dejé la plataforma; dije: “Oraré por todos ellos o moriré aquí intentando”. Bueno uno, no había porque intentar, había más al final que cuando empecé. La línea de oración funcionó constantemente, miles y miles pasaban por la línea de oración. Traían jugo de naranja; yo dormía, ponía la cabeza sobre el púlpito y dormía, e iniciaba de nuevo la línea de oración. Permanecía allí con ellos. Ellos permanecían allí de pie en la lluvia y todo, esperando.

Cuando llegué a casa mi niña no me reconoció. Yo era un extraño. Ella dijo… Su madre había estado mostrándole mi fotografía. Pero cuando llegué a casa, había perdido el cabello; tenía el rostro arrugado, encogido; había perdido como veinticinco libras de peso. Ese no era su papá. Eso por poco me mata saber que mi propia hija no me reconoció. Bueno, así ha sido con…?... con Billy. Pero yo lo conozco a Él. Quiero que en ese día Él diga: “Hiciste lo mejor que pudiste, así que estará bien”, siempre y cuando esté bien”.

Muéstranos el Padre, y nos basta (56-0422), Spindale, Carolina del Norte

A finales de octubre de 1948, el Hermano Branham pudo retomar las reuniones; empezó en Fresno, California, y después, en noviembre, fue a Seattle, Washington.

Durante el resto de su ministerio el enemigo lo atacó a causa de su postura por la Palabra. Todos hemos visto (personalmente o en video) que estaba a punto de desplomarse cuando el Hermano Billy Paul venía a llevárselo.

¿Por qué se mantuvo esforzándose al máximo? Lo hizo por USTEDES, mis queridos amigos. A comienzos de 1950 surgió el magnetófono y en 1954 ya se grababan casi todos sus sermones. En 1962 el Hermano James Maguire recibió la franquicia de las cintas y desde entonces todos los sermones se pusieron a disposición en cinta.

Después llegaron los casetes, luego los CD y ahora la tarjeta microSD.

¿No se alegran de que el Hermano Branham haya venido con el Mensaje? Él literalmente sacrificó su vida para impartirnos este Mensaje, a fin de que pudiéramos prepararnos para conocer a nuestro Novio. 

Y ahora, al comenzar un año nuevo, no quiero decirles a Uds.: “Feliz Año Nuevo”, quiero decirles esto a Uds.: “Dios los bendiga”. Y si Él lo hace, es todo lo que Uds. necesitan para el próximo año. Y confío que Él lo hará.

La lucha (62-1231)