Que las bendiciones Navideñas de Dios sean con ustedes.
Yque Ud., en esta semana que viene, esta temporada navideña, mientras todos están felices y cantando, unos a otros, que Ud., con brazos… como Simeón de antaño, cuando aquella maravillosa Navidad, cuando descendió al templo, y con sus brazos fuertes, ¡oh!, levantó al Salvador en sus brazos y Lo abrazó, dijo: “Señor, despide a Tu siervo en paz, conforme a Tu Palabra; porque mis ojos han visto Tu salvación”. Ojalá que Ud. con brazos de fe, igualmente, en esta Navidad, no abrace a un Santa Claus, o no intercambie un regalo; sino que Ud. invite y abrace en su corazón, con brazos de fe al mismo Señor Jesús que Simeón sostuvo en sus brazos hace años. Y Él le bendecirá y le dará Vida Eterna. Y Ud. no puede perecer, porque tiene la Vida de Dios en Ud.
Los Hechos Del Espíritu Santo (54-1219E)