A mi hermana le había crecido un bulto blanco sobre el párpado, en el hueso. Un familiar de ella sufrió de cáncer en esa zona, así que iba a controles continuamente. Al final terminó extirpándolo con cirugía.
Ella vive muy lejos, por lo que no nos vemos con mucha frecuencia. Pero me dijo que si me salía algo así, tenía que ir al médico de inmediato para evitar que se trasformara en cáncer. No le conté nada, pero por años había tenido una protuberancia en el ojo como la que ella describió y nunca le había prestado atención. Al instante Satanás empezó a angustiarme.
Me toqué el bulto y le pedí a Dios que lo desvaneciera. A diario me miraba en el espejo y agradecía al Señor por quitármelo. Un día, mientras me lavaba el rosto, noté que había desaparecido por completo y que la zona estaba lisa.
¡Gloria a Dios!
La Hermana Angelina
Estados Unidos