01/02/2017
Mi dedicación

Las parábolas y lecciones que leemos en la Biblia y escuchamos del Hermano Branham nos las impartió Dios y debemos aplicarlas a nuestra vida cotidiana. No importa si se grabó hace 60 o 2000 años, la Palabra es eterna, por tanto, ¡es un ministerio VIVO! Dios lo demuestra a diario.

A esta hermana la inquietaba una pregunta muy importante en su corazón y, como siempre, ¡recibió respuesta por medio de Su Palabra!

Desde hace dos semanas, parece que en cada cinta que escucho hay dedicación de bebés. Al oírlas siempre pienso: “¿Qué de mi dedicación? No recuerdo que me hayan contado nada al respecto”.

Continuamente olvidaba preguntarle a mi mamá, pero un día de la semana pasada, mientras escuchaba Señor, ¿es esta la señal del fin?, empezó una dedicación de bebés. Me encontraba en el trabajo, donde había un poco de bullicio y además solo estaba usando un auricular. Así que cuando el Hermano Branham se alejaba del micrófono, era difícil entender. Mi mamá entró y, como en la cinta acababa de empezar una dedicación, me acordé de preguntarle. Entonces pausé la cinta y le pregunté: “¿Fui dedicada?”. Ella respondió que no, sin dar explicación; sencillamente nunca lo hicieron. Retomé el trabajo mientras pensaba: “¿Qué hago?”. Entonces resolví escribir a mi pastor para saber si debía dedicarme ahora, teniendo en cuenta que estoy casada y tengo más de 30 años. Apenas reanudé la cinta que venía escuchando ese mismo día, ¡escuché esto muy claramente!

Nuestro Padre celestial, esta joven y este joven traen esta noche a esta encantadora Rebekah, quien ha sido puesta a su cargo, para criarla en la admonición de Dios. Y esta noche la traen para presentarla al Señor. Y cuando la madre la entregue de sus manos a las mías, entonces Te la entregaré de mis manos, a esta pequeña Rebekah. Dios, acompáñala y bendícela. Bendice a su padre y a su madre. Que vivan fieles por muchos años y, si es posible, que vean la Venida del Señor Jesús. Permite que esta niña crezca en el conocimiento del Señor. Y, si hay un mañana, que sea una gran testigo de Ti. Concédelo, Señor. Ahora, si estuvieras aquí en la tierra, estas mujeres y estos hombres Te llevarían sus hijos. Pero nosotros, los ministros del Evangelio, somos Tus representantes. Así que Te encomendamos esta bebé para una vida de servicio en Tu Reino, en el Nombre de Tu Hijo, el Señor Jesucristo. Amén. 

Señor, ¿es esta la señal del fin? (62-1230E)

Creo que esa fue la respuesta. ¡El Hermano Branham me dedicó allí mismo!

Dios los bendiga,

La Hermana Rebekah