13/12/2016
Yo sé

17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Romanos 10:17

Recibimos este testimonio de una hermana de Nigeria que sabe que Dios aún suple nuestras necesidades. Este sitio web le infundió ánimo ¡y entonces puso su fe por obra!

Nuestro Dios es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. ¡El poder de la Palabra hablada que se halla en las cintas es real!

Hace aproximadamente dos meses, leí en el sitio web de VGR el testimonio de una hermana que tenía un ganglión en la mano derecha y que recibió sanidad cuando escuchó a nuestra profeta discernir la dolencia de una hermana que padecía lo mismo. Dio la casualidad de que en mi mano derecha también tenía un ganglión, muy delicado. Acudí al cirujano, quien enumeró sus recomendaciones para el tratamiento, entre las cuales mencionó inyecciones y una posible operación.

Al leer el testimonio, ¡supe que no se trataba de una coincidencia en lo absoluto! Me arrodillé y escuché la porción del sermón mientras colocaba el celular sobre el ganglión. Durante las semanas posteriores continué reclamando mi sanidad y al poco tiempo lo olvidé por completo.

Hace cuatro semanas, me percaté de que se había reducido en tamaño, pero me seguía doliendo. ¡Aun así creí que había sanado! Entonces, a las dos semanas recordé el ganglión y empecé a buscarlo, pero ¡había desaparecido! Se disolvió por completo. ¡Dios aún sana! Ahora creo más que nunca que la Columna de Fuego acude a donde sea que suene la Cinta.

La Hermana Ruth

Nigeria