28/01/2020
Oren unos por otros

Orar no es solo un honor, también es una obligación que tenemos unos con otros. A nuestro Señor Jesús le agrada que pongamos las necesidades de nuestro prójimo en Su presencia y que luchemos por nuestros amigos.

Este es el testimonio de una hermana que está haciendo exactamente lo que nos instruyó Santiago en su epístola. Ella confesó que tenía una debilidad, pidió oración, oramos y ¡la Palabra prometida se cumplió!

16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.

Santiago 5:16

Dios los bendiga hermanos, me llena de gozo poder compartir este testimonio. Hace unos meses, sufría de depresión y sentía que estaba al borde del suicidio. En dos ocasiones envié peticiones de oración a VGR en desesperación …

No se cómo oraron por mí, pero sé con certeza que hubo un cambio positivo en mi vida. Además, también sané de un problema del colon, causado por una enfermedad estomacal que sufrí por años. Hace unos días escuché el mensaje A Él oíd (58-0126), donde el profeta amonestó así a la congregación:

No se quede allí sentada; acéptelo. Está sobre Ud., seguro, dama. Ahora, póngase de pie. La que tiene el sombrero rojo puesto, sí, póngase de pie rápidamente, póngase de pie. Ahora, vaya a casa y sea sana; Jesucristo le sana. Amén. Responda cuando el Espíritu Santo esté hablando, muy rápidamente. Muéstrele a Dios que Ud. Le cree.

La dama detrás, orando ahí. Ud. tiene problemas del colon. ¿Cree que Dios le sanará, señora? Póngase de pie rápidamente y acéptelo. Yo le reto en el Nombre de Cristo, acéptelo ahora mismo y vea lo que Dios hará.

A Él oíd 58-0126

Cuando escuché esa declaración, de inmediato me puse de pie y allí mismo sentí que algo maravilloso me sucedía. Ayer, por primera vez en años, pude permanecer sentada durante todo el servicio dominical sin tener que levantarme para ir al baño. Ahora estoy comiendo todo lo que se me antoja.

Desde lo profundo de mi corazón, gracias, Jesús.

De parte de una hermana agradecida