Nos gustaría compartir este testimonio con los hijos de Dios para glorificar a Dios. Creemos que ayudará a incrementar la fe de los que estén viviendo una situación similar.
Agradecemos al Señor por la gracia que nos muestra. Somos una pareja joven que se casó en el 2016. Después de la bendición de nuestra boda, todo marchaba maravillosamente. Pero con el transcurso de los meses, empezamos a darnos cuenta de que no quedaba embarazada.
En algunas culturas de África, cuando un hombre se casa con una mujer, deben concebir un hijo inmediatamente. De lo contrario, las familias pensarán que se cometió un error terrible al casarse, pues no pueden dar a luz. Este es un problema grave en nuestra sociedad: a muchas parejas que no pueden tener hijos los abandonan sus amigos y padres, y son víctimas de una fuerte discriminación.
Estábamos muy preocupados por esa situación, ya que nuestra familia y conocidos estaban empezando a notarlo. Pero seguimos confiando en el Señor Jesucristo. Con el tiempo se volvió muy estresante y doloroso vivir con este problema. Fuimos al hospital a ver a un ginecólogo. Tras varios exámenes que ordenó el médico, los resultados salieron normales. Sin embargo, era extraño que los meses transcurrían sin que quedara embarazada. Nuestro pastor y también el pastor asociado, junto con varios hermanos, nos apoyaron mucho en el servicio de oración de la iglesia. Su ayuda nos permitió fortalecer nuestra fe.
Un día, invitaron a un pastor a predicar en nuestro tabernáculo. Durante su sermón, él compartió un testimonio que se me quedó grabado, concerniente a un hermano que estuvo hospitalizado debido a un accidente laboral y casi muere, pero sanó por completo gracias a un milagro. Entonces el pastor le dijo a la iglesia durante el sermón que era muy provechoso ir con frecuencia a la Voz de Dios por los paños de oración. Añadió que ninguna situación resiste la oración del Hermano Branham.
Al día siguiente, corrí a la biblioteca de la Voz de Dios para conseguir un paño. El encargado me compartió otros testimonios de personas que aplicaron los paños por los que el Hermano Branham había orado, de acuerdo con Hechos 19:11 y 12. Así que tomé un paño junto con la carta que lo acompañaba.
Le conté a mi esposo al respecto y desde ese día meditamos en la carta del Hermano Branham. Sabíamos que la oración del profeta era infalible, pues a él se le dijo que nada resistiría a su oración, ni siquiera el cáncer.
Nuestra fe en la oración del profeta recibió recompensa: Dios contestó nuestra petición. Queridos, a los dos meses ya estaba embarazada. Hoy mi hijo tiene cuatro meses.
Bendigo al Señor por Su gracia. Él es tan maravilloso. Está vivo. Creo en Él y Su profeta. ¡Dios los bendiga!
La Hermana Dalice
Brazzaville, Congo