12/02/2020
La Mano protectora de Jesús

Si leen este sitio web, entonces se deben dar cuenta de cómo el Señor protege a Sus hijos una y otra vez. Quizá se trate de la sanidad de una temible enfermedad o de algo tan simple como encontrar una billetera perdida, sin embargo, ¡Él siempre merece el crédito!

El siguiente testimonio lo envió un hermano que quiere glorificar a nuestro Señor Jesús por protegerlo durante un viaje por carretera.

Hace varios años, iba a viajar con mi esposa a la Costa Este en su carro. Percibía un leve temblor cuando andábamos entre 50 y 60 kilómetros por hora, pero disminuía cuando aumentábamos la velocidad (en carretera). Pensé que alguno de los neumáticos estaba desajustado, así que lo llevé a revisar antes de que saliéramos de vacaciones. Me dijeron que los neumáticos se encontraban bien.

No pensé más al respecto y partimos. Condujimos de Indiana hasta Pensilvania, Maryland, Elmira (Nueva York) y regresamos. Fue un viaje de más de 2900 kilómetros, de ida y vuelta. Además, fue un verano muy caluroso y sabía que los neumáticos se iban a calentar y desgastar. Aun sentía que la llanta temblaba, pero no me preocupé por eso, ya que el fabricante las había revisado.

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Luego de que regresamos a casa, entramos el carro al garaje y este estaba tambaleándose. Me bajé y esto fue lo que encontré.

Retiré la llanta, la dejé en la parte trasera del auto, coloqué la de repuesto y una hora después de llegar a casa nos fuimos a buscar una llanta de reemplazo. Estaba molesto con la compañía por no haberse percatado de la burbuja cuando revisaron los neumáticos y además porque eran llantas nuevas.

Mientras conducíamos hacia la tienda, dentro del auto se escuchaba como el disparo de una escopeta. Me estaban zumbando los oídos. Revisamos la llanta y la burbuja se había estallado (fotografías 4 y 5).

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Lo único que podíamos hacer era intercambiar miradas de asombro. Por el Amor y la Gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo llegamos a salvo de nuestro viaje. Sabíamos que Él nos acompañó durante el viaje, pues recibimos bendiciones todo el tiempo; sin embargo, esto fue una confirmación y un testigo de SU Presencia. Todo el enojo me dejó y lo único que pudimos hacer fue glorificarlo a Él. Es interesante que cuando uno piensa en Él, todos los asuntos “importantes” se vuelven insignificantes.

Nuestras vacaciones pudieron terminar en una catástrofe… Si no fuera por Él.

Lo amamos y Le agradecemos; solo queríamos compartir esto.

Con amor Cristiano,

El Hermano Mike H.