19/02/2020
¡Esa Voz!

El Hermano Branham oró por los enfermos hace décadas. Permaneció de pie por horas mientras oraba por las personas más enfermas en la línea de oración. Miles fueron sanados, pero eso sólo fue el comienzo de su ministerio.

Hoy, millones se aferran a las mismas palabras que él pronunció hace 60 o 70 años, y así como en esas antiguas líneas de oración, ¡los creyentes actuales también son sanados!

El siguiente testimonio es uno de los muchos que aún afirman el poder de la oración del Hermano Branham.

Dios me sanó de una manera maravillosa. El 22 de noviembre del 2019, mi vista se oscureció repentinamente. Sentía dolor en los ojos y la presión era tan fuerte que apenas podía moverme. Permanecí todo el día en la cama y no pude hacer nada.

Mi esposo y yo nos reunimos para orar y reclamamos la Sangre de Jesús, pero nada sucedió. La presión no disminuyó. Entré en desesperación allí acostada y oré sin parar.

Entonces alguien me dijo que escuchara un sermón del Hermano Branham, El Dios que es rico en misericordia (65-0119). Lo escuché todo y al final, el Hermano Branham oró por los enfermos. Dijo:

Yo he estado observando. Hay una damita sentada aquí al fin de esta hilera. Señora, ¿tiene Ud. una tarjeta de oración? ¿No tiene? Permítanme mostrarles que Dios es rico en misericordia. Ud. últimamente ha estado muy nerviosa. ¿Correcto? Muy nerviosa, y sus ojos han empeorado. ¿Correcto? Correcto. Ahora van a cambiar. Dios, rico en Su misericordia, al haberle preguntado a Ud. si creería esto. Ahora Ud. no tiene tarjeta de oración, Ud. no tiene nada; pero Ud. no lo necesita. ¿Ven?, es gracia que ha sido mostrada para Ud.

El Dios que es rico en misericordia (65-0119)

Dije: “Amén”, y agradecí a Jesús por eso. Al día siguiente podía ver perfectamente. Estoy agradecida con Dios por este Mensaje de sanidad para Su Novia. Nos corrige, nos libera y nos da la respuesta correcta a nuestras preguntas.

La Hermana Lydia

Alemania