Gracias a todos por todo el trabajo que hacen. Me encanta leer los testimonios aquí y en Lifeline. ¡Son una gran bendición para mí!
Mientras leía el artículo “Sonrisas”, recordé algo que nos ocurrió hace unos años. Cada verano, registro a mis hijos en el club de lectura de verano de nuestra biblioteca para animarlos a seguir leyendo durante los meses de verano mientras están fuera de la escuela.
Nuestra biblioteca organizó todo para que cada vez que lean un libro, puedan escribir su nombre en un papelito y dejarlo en la caja que elijan con la esperanza de ganar ese artículo. Entre más libros lean, su nombre participará más veces por el premio.
Este año, mi hijo mayor quería ganar, pues uno de los premios era una caja de Lego. ¡Siempre le han encantado los Legos! Así que hicieron lo mismo de siempre y oraron antes de dejar el papel con su nombre dentro de la caja.
Al final del verano, mi hijo mayor nos comentó varias veces que sabía que iba a ganarse el Lego, así como había ganado otro el año anterior. Bueno, el día que la biblioteca sacaría el nombre del ganador, mi hijo mayor dijo que ese día recibiría una llamada de la biblioteca. ¡Simplemente sabía que ganaría el juego! En su voz no se percibía duda ni vacilación. Y, sin duda, ¡recibió la llamada! En cuanto sonó el teléfono, miramos el número y era el de la biblioteca.
Contesté y dijeron que llamaban a mi hijo mayor solo para recordarle que pronto debía devolver un material. Luego de colgar, mi hijo se rio al respecto. Dijo: “Bueno, olvidé que el Hermano Branham dijo que Dios tiene sentido del humor. Dios contestó mi oración, así como le pedí. Le pedí que me llamaran de la biblioteca, pero olvide mencionar que me llamaran para avisarme que había ganado el Lego”.
Todos nos reímos. Estábamos agradecidos por su actitud frente a la situación. Ahora nunca olvida eso y es más específico en sus oraciones. Agradezco al Señor porque siempre sabe exactamente lo que necesitamos y cuándo lo necesitamos. Unos meses después mi hijo recibió el Lego como un regalo de un miembro de la familia. ¡Dios es bondadoso!