16/01/2019
La simplicidad

La Biblia dice que—que Él sabe del gorrión que cae en la calle. Y estamos tan contentos de saber eso, que cada cosita que hacemos, Jesús nos ve haciéndola. Y Él sabe el objetivo y el motivo que tenemos, y Él nos recompensará.

En una ocasión Él dijo: “De cierto os digo, si tú das a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría, no perderás tu recompensa”. Las cosas pequeñas que sencillamente olvidamos... No se les olvide: cuando Uds. vean a un lisiado en la calle, pobre, ciego, o manco, o cojo, en lugar de hacerlo un entretenimiento para alguien, ayúdenlo. Jesús dijo: “Yo estuve enfermo y no me visitasteis. Yo estuve en la cárcel; tú no me visitasteis. Yo estuve hambriento y no me disteis de comer”.

Desde entonces (60-0331)

Esta hermana quizás no pudo ofrecerle ninguna ayuda física a su vecino cuando se le dificultaba arrancar el tronco de un árbol con su tractor, pero no rehuyó de su responsabilidad de ayudar. Le brindó la fuerza más poderosa que Dios colocó en las manos del hombre: una oración sincera ante Dios.

En nuestras oraciones no siempre debemos pedir grandes cosas, sino que también cosas simples. Nunca olvidemos orar.

Una mañana, escuché un sonido terrible afuera. Se trataba de un vecino lejano que, con su tractor John Deere, intentaba sacar el tronco de un árbol de la zanja.

Me asomé por la puerta frontal y noté que el tractor se estaba forzando demasiado, las ruedas giraban y el capó se levantaba. Estaba haciendo un estrépito terrible. Al cabo de un rato, él se bajó, desencadenó el tronco y condujo el tractor a la casa.

Poco después, regresó con un antiguo camión Dodge. Lo estacionó sobre el asfalto y la acera, así como hizo con el tractor. Se bajó del camión y lo conectó con la cadena.

Mientras terminaba, oré y le pedí al Señor que permitiera que los Ángeles lo ayudaran a levantar el peso del tronco.

Regresó al camión y empezó a jalar. El tronco salió sin dejar un rasguño en la carretera asfaltada. Lo sacó de la calle y lo dejó en el césped. Mientras lo arrastraba, me pareció que se deslizó sobre el pasto hasta detenerse. Ni siquiera quedó marca en el pasto. ¡Fue maravilloso presenciar eso!

La Hermana Martha

Arkansas