Quiero compartir con la Novia de Cristo un simple testimonio sobre mi hijo Gabriel. Gabriel está aprendiendo a leer. Estudia en casa y su mamá, mi esposa, le enseña. El domingo, 10 de noviembre del 2019, estábamos en la iglesia antes de escuchar la transmisión en vivo del Tabernáculo Branham. Soy diacono. Entonces le di mi Biblia a Gabriel para que no se impacientara durante el preludio. Le dije: “Todo lo que leas aquí es ASÍ DICE EL SEÑOR, pues es el Señor Jesucristo hablándote directamente”. De repente, 20 minutos después, volteó a mirarme sorprendido y noté que estaba glorificando a Dios en voz baja.
Después del servicio, mientras regresábamos a casa, me dijo: “Papi, ¿sabes qué leí en la Biblia y me alegró muchísimo? Le contesté que no sabía. Añadió: “Siempre escucho al Hermano Joseph Branham (mediante la transmisión del Tabernáculo Branham) hablar sobre la iglesia en casa y nunca lo entendí, pero Dios me lo mostró en la Biblia hoy y sé que proviene de Él”.
Miré a mi esposa y quedamos atónitos, y tarde un poco en preguntarle en qué lugar de la Biblia había leído esto. Él echó mano de la Biblia y la abrió en Filemón 1:2: “Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa”.
Oh, hermanos, gran gozo le trae a un padre ver a sus hijos lejos de las cosas del mundo.
Gedeão Pereira Santana
Brasil