24/04/2020
Sonrisas

Su entendimiento es mejor de lo que pensamos. Ya sean bebés sentados en nuestro regazo, niños aprendiendo a hablar o adolescentes con habilidades bien desarrolladas, no hay nada mejor que nuestros hijos puedan leer que la Biblia.

El siguiente testimonio trata de un joven que estaba practicando sus habilidades de lectura antes de la iglesia.

Quiero compartir con la Novia de Cristo un simple testimonio sobre mi hijo Gabriel. Gabriel está aprendiendo a leer. Estudia en casa y su mamá, mi esposa, le enseña. El domingo, 10 de noviembre del 2019, estábamos en la iglesia antes de escuchar la transmisión en vivo del Tabernáculo Branham. Soy diacono. Entonces le di mi Biblia a Gabriel para que no se impacientara durante el preludio. Le dije: “Todo lo que leas aquí es ASÍ DICE EL SEÑOR, pues es el Señor Jesucristo hablándote directamente”. De repente, 20 minutos después, volteó a mirarme sorprendido y noté que estaba glorificando a Dios en voz baja.

Después del servicio, mientras regresábamos a casa, me dijo: “Papi, ¿sabes qué leí en la Biblia y me alegró muchísimo? Le contesté que no sabía. Añadió: “Siempre escucho al Hermano Joseph Branham (mediante la transmisión del Tabernáculo Branham) hablar sobre la iglesia en casa y nunca lo entendí, pero Dios me lo mostró en la Biblia hoy y sé que proviene de Él”.

Miré a mi esposa y quedamos atónitos, y tarde un poco en preguntarle en qué lugar de la Biblia había leído esto. Él echó mano de la Biblia y la abrió en Filemón 1:2: “Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa”.

Oh, hermanos, gran gozo le trae a un padre ver a sus hijos lejos de las cosas del mundo.

Gedeão Pereira Santana

Brasil