¡Tengo un pequeño testimonio, pero es GRANDE para mí! Se me habían perdido un buen par de tenis hacía una semana y no lograba recordar dónde o cuándo los usé por última vez. Los busqué por todas partes varias veces, en la casa, el carro, el garaje y demás. Entretanto, ¡oraba para que el Señor me ayudara a encontrarlos!
Hoy, ¡los hallé colgados en una señal de pare a unas tres cuadras de mi casa! ¡La semana pasada no sé cuántas veces conduje por esa calle y me detuve junto a esa señal!
No tengo idea de cómo llegaron tan lejos de casa, quién los dejó allí ni cuánto tiempo llevaban colgados, pero se encontraban en perfecto estado a pesar de las lluvias recientes. Todos los detalles son un misterio, pero ¡me alegré al ver los tenis suspendidos frente a mí!
Salí del auto de inmediato ¡y empecé a adorar y agradecer al Señor por contestar la oración! Él está muy pendiente de las cositas insignificantes de nuestra vida, ¡así como de los asuntos importantes!
¡DIOS ES TAN BONDADOSO!
La Hermana Rachel
Indiana