14/03/2020
El Padre amoroso

Todos sabemos que Dios es un Padre; por tanto, ¿no se preocupa un padre por los sentimientos de sus hijos? ¡Por supuesto que sí! Recibimos el siguiente testimonio de parte de una hermana joven que le pidió al Señor que regresara a casa a su mascota perdida. 

¡Jesús trajo a mi gato a casa a salvo! ¡Gloria a Dios! Tenía tres gatos que desaparecieron con pocos meses de diferencia: dos calicós (gatos de exterior) y un gato atigrado. Los calicós se llaman Gracie y Glory, y, el atigrado, Samantha. Me afligía cada vez más cuando se perdía cada gato. Cuando el último calicó (Glory) desapareció, dije: “Señor, por favor, ayúdame a confiar en que Tú cuidarás de Glory. Por favor, ayúdame a superar el dolor. Cuando regreses a Glory a casa, enviaré este testimonio a VGR”.

Pasaron unos días y me mantuve cantando la canción: “Jesús, todo por Jesús, todo lo que soy, lo que tengo, y lo que espero ser. Todos mis deseos, esperanzas y planes, rindo esto en Tus manos. Pues solo por Tu voluntad soy libre”. Como mi mamá me aconsejó, le dejé comida cerca del bosque. Entonces, el 12 de febrero del 2020, como a las 9:00, estaba buscando algo de comer en el refrigerador, cuando Aquilla —mi hermano que es dos años menor que yo— comentó: “¿No se te habían perdido dos calicós?”. Contesté: “Sí”. Él dijo: “Bueno, hay uno parado en el porche”.

Cerré de golpe la puerta del refrigerador y corrí hacia el porche. ¡Mi precioso calicó Glory estaba restregándose contra la ventana del porche! Grité: “¡Gracias, Señor Jesús!”. La recogí entre mis brazos y corrí a mostrársela a mamá. Mis tres hermanos menores se reunieron a su alrededor para acariciarla y ¡mi hermano menor estaba tan emocionado que se cayó de la cama! Glory ronroneó todo el tiempo. Gracias, Señor Jesús por cuidar tanto de nuestras mascotas. No cae a tierra ni un pajarito sin que Tú te des cuenta. Dios los bendiga a todos en VGR y mantenga Su mano protectora sobre ustedes.

Elizabeth Riehl

Estados Unidos