Tenemos un testimonio que compartir a la Novia de Cristo con respecto a nuestro hijo, Jeriel.
El pasado octubre nuestro hijo tenía una cita al dentista. Durante la cita, vieron en la radiografía que la mayoría de sus dientes estaban gravemente dañados por la caries y necesitaba tratamiento.
El dentista nos informó de la gravedad del daño de sus dientes y, debido a la ansiedad que le producía estar en el consultorio del dentista a esa edad, la mejor opción era practicarle una cirugía dental con anestesia general.
Como la anestesia general era tan riesgosa, el especialista recomendó realizar la cirugía en el hospital.
Regresamos a casa decepcionados de su decisión, así que contactamos a su médica de cabecera, quien concordó con la opinión del dentista.
Programaron la operación para el 6 de diciembre. Aún no estábamos seguros de permitir que nuestro hijo pasara por anestesia general solo por un tratamiento dental. Hemos visto muchas noticias lamentables sobre padres que pierden a sus hijos en el dentista debido a la anestesia peligrosa.
Algunos odontólogos estaban tan concentrados en los dientes que no prestaban atención a los signos vitales de los niños. Todo eso nos llenó de temor ante la gran prueba de decidir si aceptábamos la cirugía o no.
El testimonio de la pequeña Hadassah nos animó mucho, la forma en que le Señor la protegió durante 10 horas de anestesia. Esto solo sería 1 hora y 15 minutos, así que me llené de fortaleza y decidí que se llevara a cabo. Aun así, en nuestro corazón no estábamos satisfechos. Seguimos orando a Dios para que nos dijera si debíamos continuar con la cirugía o cambiar de dentista.
Intentamos cambiar de especialista, pero era en vano conseguir uno nuevo en ese momento. Nos propusimos no confiarle nuestro éxito a un cierto dentista, sino confiar en Dios sin importar quien tratara a nuestro hijo. Si la mano de Dios está sobre él, nada malo le pasará. Estábamos orando desde octubre del 2018, queríamos algo real —que Dios nos hablará antes de tomar esa decisión arriesgada—.
Una mañana, el 3 de diciembre del 2018, tres días antes de la cirugía, seguíamos esperando que el Señor nos respondiera. Como a las 3:00 a. m., leí la Cita del Día del sitio web de la Voz de Dios para empezar el día. Noté que en la sección de En este día, había un sermón del profeta titulado Testimonio (la resurrección del niño muerto), que fue predicado el 53-0312.
Me encantan los sermones de testimonios, así que decidí leerlo. Entré a la aplicación La Mesa para buscar el sermón. Estaba buscando el sermón que se predicó el 53-0312; pero, hasta la fecha, no sé cómo terminé leyendo el Testimonio del 53-0510. Ni siquiera me fijé en que las fechas eran distintas, pues los sermones tienen el mismo título.
Empecé a leer y fue una bendición durante las siguientes dos horas, hasta las 5:00 a. m. Cuando iba a terminar el sermón, empezó la parte de discernimiento:
Venga, señor. ¿Cree usted, señor? Creo que usted tiene un buen corazón. ¿Cree que soy el profeta de Dios? Nunca lo he visto ni escuchado de usted en mi vida. Pero, no es para usted, es por este bebé. ¿Es cierto? Ese bebé pasó por una cirugía, una operación de un tumor. Va a tener otra. Y ese tumor está en su boca, en su mandíbula. Y usted ha estado escribiendo o comunicándose con alguien sobre… ¿Es cierto? Así es. Sí, señor. Y le aconsejaron que viniera aquí a averiguar sobre la operación del bebé. No estoy leyendo su mente, hermano, pero el Espíritu de Dios está aquí.
Señor Dios, Creador de los cielos y la tierra, bendice a este bebé y a este hombre… Que la cirugía sea exitosa y que el bebé se recupere en el Nombre de Jesucristo…
Oh, mis hermanos, ¡algo me golpeó! Pensé: “Espera un minuto, es similar a nuestra situación”. Dije: “Oh, gracias, Dios, Tu nos hablas por medio de tu profeta y para mí quedó concluido. La operación saldrá exitosa”.
Alabamos a Dios por hablarnos.
Esa mañana, 6 de diciembre del 2018, llegamos al hospital a las 8:00. ¡La recuperación de la cirugía de nuestro pequeño Jeriel fue todo un éxito!
Agradecemos a Dios por Su misericordia y amor y, también, agradecemos a la Novia de Cristo que oró por nosotros, ya que enviamos una petición de oración a la Voz de Dios.
Alabamos a Dios por este Mensaje almacenado para nosotros en las cintas, que, en cualquier momento, nos da solución a cualquier problema que tengamos. Creemos firmemente que la Palabra de Dios en las Cintas es nuestro absoluto.
El Hermano Fabrice
Iowa