13/02/2017
Él tiene cuidado de vosotros

7 Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7 

Este sitio web ahora está disponible en cuatro idiomas: inglés, francés, español y portugués. Las noticias de las traducciones gradualmente se van dispersando y por todo el mundo la gente está recibiendo las bendiciones. Un testimonio traducido al francés en agosto del 2016 le infundió ánimo a este hermano del Congo para tener fe por una viuda y sus hijos. Él le afirmó a la hermana que publicarían su testimonio para que todos lo leyeran si tan solo creía. Este es el testimonio:

El día que descargué y leí el artículo en francés que publicaron en el sitio web el 15 de agosto del 2016, “Restez en place” (“Estad firmes”), me recordó lo que estaba pasando aquí en Kisangani, pues el presidente decidió demoler todas las casas próximas al aeropuerto militar SIM-SIMI.

Nuestra Hermana Matili, una viuda creyente de este Mensaje, tenía una casa ubicada prácticamente en la zona de demolición. Se acaba de mudar a esa casa, luego de la muerte de su esposo, en noviembre del 2015. Imagínense la tristeza y la preocupación que la agobiaban, sin saber a dónde ir o qué hacer, rodeada de todos sus niños huérfanos de padre. La decisión la tomó un funcionario de alto rango del país.

Pero cuando leí este artículo, me sentí dirigido a decirle a la hermana que debía permanecer firme y que yo personalmente le escribiría el testimonio al Hermano Joseph Branham para que lo publicaran en branham.org. La hermana titubeó, pero me mantuve enviándole mensajes. Hasta las citas del día me confirmaron que no me había equivocado en lo que le garanticé. Mi esposa también fue a reconfortarla repitiéndole lo mismo que yo; pero, en ese entonces, la hermana a duras penas le creía a mi esposa. 

Un día me encontré con ella y estaba buscando una casa en arriendo. La alenté para que creyera y le afirmé que nada le pasaría; pero fue en vano. Al final, el proyecto de demolición prosiguió y la hermana llevó algunas pertenecías a nuestra casa, a pesar de todo lo que dijimos. Hasta terminó sacando casi todas sus posesiones para hospedarse en la casa de alguien de la iglesia. Pero, una mañana, la policía delimitó la zona de demolición y la pararon justo enfrente de su casa. Se salvó de la demolición. Unos vecinos que también se habían marchado regresaron. La hermana ahora está tranquila con sus hijos.

En una ocasión nos visitó y le pregunté: “Hermana, ¿se da cuenta?, ¿quiere que testifique como prometí?”. Ella sonrió.

Nuestro Dios está VIVO y es REAL.

Dios los bendiga a medida que leen lo que escribió su hermano en Cristo,

Damate Dieudonné

Kisangani, República Democrática del Congo