Hace unos años, me practicaron una cirugía debido a un problema femenino; pero, gracias a Dios, todo salió bien.
En el transcurso del año pasado, me he mantenido constantemente en controles médicos para cerciorarme de que todo marche bien.
Hace unos meses, el médico me informó que tenía que someterme a otra cirugía, pues tenía un tumor que se debía extirpar. Deposité mi fe en el Señor Jesús, tomé un paño de oración y lo sujeté a mi ropa con un gancho pequeño, en la misma zona donde se hallaba el tumor.
Como el 27 de enero, tuve control y el médico no pudo encontrar nada. Entonces me llevó a otro tomógrafo y nuevamente no halló nada malo.
Así que me preguntó: “¿Es usted de aquellos que creen en un Dios de milagros?” Contesté: “Sí”. Entonces comentó: “Bueno, su Dios la ha sanado; no tiene nada malo”.
Gloria a Dios, estoy sana por Su gracia y amor. Una vez más, Él confirma Sus Palabras de promesa.
La Hermana Imelda de Machado
Mexicali, Baja California, México