Han pasado más de cuatro años desde el último recorrido de Capta la Visión en la ciudad del Sudeste Asiático de Camboya. Con frecuencia pasaba la página de portada de la revista CTV del 2013 y alababa a Dios por el Hermano Israel y su esposa y le agradecía al Señor porque hay un testigo anunciando este Mensaje vivificante entre la gente de Camboya. Verdaderamente Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. En nuestro último viaje a Camboya, presenciamos el poder de Dios en acción. Me emocionaba pensar en lo que Dios tendría reservado esta vez y ¡sobrepasó todo lo que imaginé!
Nos alegró regresar a Nom Pen, la capital de Camboya, y ver los rostros sonrientes del equipo de VGR: el Hermano Israel —administrador de la oficina— y el Hermano Kimchheak —un hermano de la región que aceptó la Verdad hace dos años—, su asistente más eficiente. En seguida se hicieron buenos amigos. El Hermano Kimchheak planeaba continuar sus estudios Bíblicos hasta conseguir un doctorado en teología, pero cambió de opinión al recibir la revelación de la verdad. Ahora trabaja hombro a hombro con el Hermano Israel y su contribución es muy importante para la obra del Señor en Camboya.
La oficina de VGR rebosaba de acción, pues íbamos a organizar el primer evento de Young Foundations en Camboya, en la ciudad de Kompung Chinang, ubicada dos horas de la capital. Cuando conocí al pastor local, pude percibir un verdadero vínculo de amor entre él y el Hermano Israel. El Hermano Israel le presentó el Hermano Branham al pastor y ha bautizado a varios miembros de su iglesia en el Nombre del Señor Jesucristo.
Estábamos tan emocionados como los jóvenes reunidos en el salón. El evento de YF fue asombroso: más de treinta jóvenes aceptaron a Jesucristo como su salvador personal y se bautizaron el mismo día. Mientras reflexionábamos en lo que Dios ha obrado durante la reuniones de Young Foundation, noté una sonrisa de satisfacción en el rostro del Hermano Israel; las almas que fueron salvas hicieron que todo valiera la pena. ¡Verdaderamente un alma vale diez mil mundos!
El lunes, evaluamos el viaje de distribución con el Hermano Taingheap. En 1995, el Hermano Taingheap se bautizó en el Nombre del Señor Jesucristo. Él se enteró del Mensaje gracias a otro hermano que ya no vive en el país. Hace tres años conoció al Hermano Israel en su ciudad natal, ubicada en la provincia de Prey Veng y lleva un año trabajando en estrecha colaboración con él. Desempeña un papel fundamental en testificar a la gente de las denominaciones. El Hermano Taingheap disfruta mucho viajar por todas las provincias de Camboya distribuyendo libros y tarjetas microSD. Por la gracia de Dios, él permanece firme, a pesar de soportar mucha persecución por bautizar en el Nombre del Señor Jesucristo y por su postura con respecto al Mensajero, el Séptimo Ángel.
Mientras observaba al conductor del mototaxi maniobrando con tanta destreza en medio del tráfico pesado, adoré a Dios por todo lo que presencié en los últimos días. Me llenó de felicidad saber que Dios es el que asume el control. Pronto llegamos a la oficina de VGR para reunirnos con algunos pastores que viven cerca de la frontera con Vietnam y escucharon del Mensaje gracias al Hermano Israel. El Hermano Raj, un pastor de la provincia de Stung Treng, también asistió. Qué gozo conocer a los hermanos, expresarles el amor del Hermano Joseph, compartir sobre la obra en otros países y animar a los pastores a regresar al Hermano Branham al púlpito. Pensé: “¡Qué maravillosa culminación!”, mientras la voz del profeta llamaba ese día a Su Novia de Camboya. ¡El poderoso Dios develado ante nosotros!
Yo lo veo a Él, el Poderoso Dios, revelado. Yo lo veo a Él apartar los credos, las denominaciones; apartar a los—los escépticos, los programas educacionales, y todo; dar un paso adelante, pararse allí. ¿Piensan Uds. que los credos han podido conquistarlo a Él? ¿Piensan Uds. que las denominaciones podrían conquistarlo a Él? ¿Piensan Uds. que el Concilio Mundial puede conquistarlo a Él? Él conquistó todo, rompió toda cadena, rasgó el infierno abriéndolo; rompió el sello, entró en el lugar Santísimo; Se reveló a nosotros como la Palabra, el mismo ayer, hoy, y por los siglos. Amén. Yo Le amo.
Agradecemos al Señor por la carga del Hermano Joseph y de los creyentes como ustedes por llevar este Mensaje a cada nación. El equipo camboyano les expresa su amor y gratitud de corazón por sus oraciones y apoyo constante.
Dios los bendiga,
El Hermao Andrew O’Dwyer
Equipo misionero de VGR