El apóstol Pablo nos dijo: “Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos”. Aunque quizás no veamos la manifestación inmediata de nuestras oraciones, aun así podemos confiar en que Dios nos escucha y está esperando el momento oportuno para concedernos el deseo de nuestro corazón. Esta hermana tenía todos los síntomas de que se encontraba en un estado grave. Ella sostuvo su fe aunque no vio resultados y, finalmente, el Señor intervino.

Saludos en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo:

Me gustaría compartir un testimonio de sanidad con la Novia de Cristo. Llevaba un año por lo menos sufriendo del estómago. Siempre que comía, mi estómago se hinchaba y se endurecía. Me daban náuseas y a diario me aquejaba esa dolencia.

Le decía al Señor que me sentía muy indispuesta y luego le pedía que me sanara. Cada vez que terminaba de orar, creía que estaba sana, pues Él dice: “Pedid, y se os dará”.

Bien, tardó todo un año, pero, aunque persistían los mismos síntomas, sabía que estaba sana. Un día, mientras escuchaba un mensaje, el Hermano Branham, por toda la audiencia, le anunciaba a la gente sus dolencias y les preguntaba si creían, pues así recibirían su sanidad. 

Dijo: “Hay una señora sentada aquí enfrente de mí; Ud. viene sufriendo de un problema estomacal; está sana, siga y crea”. En ese instante, ¡se recuperó mi estómago!

Ahora puedo comer y tomar lo que quiera. No he tenido problemas desde entonces. Le doy toda la alabanza y gloria a nuestro Señor, Quien es taaan bondadoso con nosotros.

Oro para que esto sea de bendición a la Novia.

La Hermana Judy